Clase 7
Las Bendiciones de la Promesa
Gálatas
3:6-14
6 Así
Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.
7 Sabed,
por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.
8 Y la
Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio
de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las
naciones.
9 De modo
que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.
10 Porque todos los
que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está:
Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro
de la ley, para hacerlas.
11 Y que
por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo
por la fe vivirá;
12 y la
ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
13 Cristo
nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque
está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
14 para que en
Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por
la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Las bendiciones
del pacto de Abraham son para los creyentes por medio de la fe en Jesucristo.
Gálatas 3:15-18
15 Hermanos,
hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado,
nadie lo invalida, ni le añade.
16 Ahora bien, a
Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las
simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la
cual es Cristo.
17 Esto, pues,
digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino
cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
18 Porque si la
herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a
Abraham mediante la promesa.
El pacto fue
hecho por la fe y no por la ley; es decir, la herencia del pacto viene para
aquellos que somos de la fe.
El pacto con
Abraham vino 430 años antes de la ley.
Gálatas 3:19-29
19 Entonces,
¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que
viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de
ángeles en mano de un mediador.
20 Y el mediador
no lo es de uno solo; pero Dios es uno.
21 ¿Luego la ley es contraria a las
promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar,
la justicia fuera verdaderamente por la ley.
22 Mas la
Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en
Jesucristo fuese dada a los creyentes.
23 Pero antes
que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe
que iba a ser revelada.
24 De manera que
la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos
justificados por la fe.
25 Pero venida
la fe, ya no estamos bajo ayo,
26 pues todos
sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
27 porque todos
los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
28 Ya no hay
judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús.
29 Y si vosotros
sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la
promesa.
La ley no fue dada para justificarnos, pues nadie
puede cumplirla debido a que exige un cumplimiento total. La ley era como un
ayo (paidagogos) que nos lleva a
Cristo.
Paidagogos significa “Un guía, un guardián o entrenador de niños;
literalmente un líder de niños, un tutor. El paidagogos no era un
instructor de niños, pues, su propósito no era la impartición de
conocimiento sino el entrenamiento y la disciplina, así que ejercía una
supervisión general sobre el niño, y era responsable de su bienestar moral y
físico.”
La ley no es lo que nos justifica sino la promesa
que se recibe por medio de la fe en Cristo.
Por ese motivo
es que las bendiciones de Abraham las recibimos por medio de la fe en
Jesucristo.
Hebreos 8:6
6 Pero ahora
tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto,
establecido sobre mejores promesas
Ahora estamos en
un mejor pacto porque recibimos la promesa por medio de la fe y no por medio de
las obras de la ley; es decir, no es por medio de nuestras acciones que
recibimos la promesa, sino por las acciones de otro, es decir de Jesucristo.
Romanos 4:1-16
1 ¿Qué, pues,
diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne?
2 Porque si
Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con
Dios.
3 Porque ¿qué
dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.
Abraham mismo recibió las promesas por medio de
la fe y no por medio de las obras
4 Pero al que
obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda;
5 mas al que no
obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por
justicia.
No podemos
esperar justificarnos ante Dios por medio de las obras para alcanzar justicia,
porque en ese caso recibiríamos la justicia como un salario por nuestras obras,
mas es por fe, para que sea por gracia de Dios.
6 Como también
David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin
obras,
7 diciendo:
Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son
cubiertos.
8 Bienaventurado
el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.
Aquí vemos que
David también habló de una justificación gratuita, no por las obras que se
hagan sino por el favor de Dios.
9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente
para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque
decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia.
¿Para quién es
esta bendición? ¿Para los de la ley, o para los de la fe?
10 ¿Cómo, pues,
le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la
circuncisión, sino en la incircuncisión.
11 Y recibió la
circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando
aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados,
a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia;
Vemos que
Abraham recibió la circuncisión, que es la señal del pacto, como consecuencia
de la fe que tuvo cuando era incircunciso.
12 y padre de la
circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que
también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser
circuncidado.
Y vemos que
Abraham no solo es padre de los judíos, que son os que se circuncidan según la
carne, sino también padre de los que seguimos sus pisadas de fe, es decir de
aquellos que hemos creído en el Señor Jesucristo.
13 Porque no por
la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero
del mundo, sino por la justicia de la fe.
La promesa que
recibió Abraham de ser heredero del mundo no vino por medio de la ley sino por
medio de la fe.
14 Porque si los
que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.
15 Pues la ley
produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
Si la ley nos
diese la promesa, tendríamos que ganarla por medio de nuestras buenas acciones
y la fe de nada valdría.
16 Por tanto, es
por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su
descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que
es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
La promesa es
por medio de la fe para que pueda ser firme para los que somos de la fe de
Abraham; y por ser hijos de Abraham podemos decir: “Las bendiciones de Abraham
son mías.”
Bendiciones de Abraham
1. Abraham Recibió la promesa de Heredar el Mundo
Romanos 4:13
13 Porque no por
la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero
del mundo, sino por la justicia de la fe.
Abraham recibió
la promesa de heredar el mundo.
2. No Tuvo Enfermedad
Génesis 25:7-8
7 Y estos fueron
los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años.
8 Y exhaló el
espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido
a su pueblo.
No hay ningún
registro de que Abraham tuviese alguna enfermedad, es mas, el vivió hasta los
175 años, en buena vejez (sin enfermedad) y lleno de días.
3. Dejó la Familia del Diablo para entrar a la
Familia de Dios
Génesis 12:1-3
1 Pero Jehová
había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu
padre, a la tierra que te mostraré.
2 Y haré de ti
una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y
serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Dios lo sacó de
una tierra de idolatría a ser el pueblo de Dios.
Génesis 17:7
7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti
en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu
descendencia después de ti.
A través del pacto Dios se convierte en el Dios de Abraham y el de su
descendencia.
4. Nunca le Faltó Dinero
Génesis 13:2
2 Y Abram era
riquísimo en ganado, en plata y en oro.
Abraham era riquísimo en todo lo que tenía.
Génesis 14:21-23
21 Entonces el
rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes.
22 Y respondió
Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de
los cielos y de la tierra,
23 que desde un
hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que
no digas: Yo enriquecí a Abram.
Abraham
tenía la oportunidad de quedarse con
todos los bienes que recuperó, pero él decidió poner su confianza en el Dios
que lo enriquecía y rechazó lo que le ofrecieron.
Génesis
25:10,34,35,53
10 Y el criado tomó diez
camellos de los camellos de su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos
escogidos de su señor; y puesto en camino, llegó a Mesopotamia, a la ciudad de
Nacor.
34 Entonces
dijo: Yo soy criado de Abraham.
35 Y Jehová ha
bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas,
plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
53 Y sacó el
criado alhajas de plata y alhajas de oro, y vestidos, y dio a Rebeca; también
dio cosas preciosas a su hermano y a su madre.
Dios engrandeció
a Abraham de tal manera que cuando mandó buscar esposa para su hijo pudo mandar
a su siervo con 10 camellos llenos de regalos escogidos, alhajas de plata y oro
y vestidos.
Nunca le faltó
ningún bien a Abraham.
5. Dios se Convirtió en el Protector de Abraham
Génesis 12:3
3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que
te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la
tierra.
Génesis 15:11
Después de estas cosas vino la palabra de Jehová
a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón
será sobremanera grande.
A través del
pacto, Dios se convierte en el protector de Abraham.
6. Dios Hizo un Pacto Perpetuo con Abraham
Génesis 17:7
7 Y estableceré
mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones,
por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.
Dios estableció
un pacto perpetuo con Abraham.
Salmo 89:34
34 No olvidaré
mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.
Dios nunca
olvidará el pacto que hizo con Abraham.
7. Las Bendiciones de Abraham son para su
descendencia
Génesis 13:15-16
15 Porque toda
la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.
16 Y haré tu
descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de
la tierra, también tu descendencia será contada.
Génesis 15:5-6
5 Y lo llevó
fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes
contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.
6 Y creyó a
Jehová, y le fue contado por justicia.
Abraham tuvo dos descendencias: la descendencia que es como el polvo de
la que es el pueblo de Israel y la descendencia que es como las estrellas del
cielo que son los creyentes.
Génesis 17:7-8
7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti
en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu
descendencia después de ti.
8 Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que
moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.
Las bendiciones de Abraham son tanto para el pueblo de Israel como para
nosotros los creyentes, los cuales somos los hijos de Abraham por medio de la
fe. Por eso podemos decir: “Las bendiciones de Abraham son mías”.
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