lunes, 21 de enero de 2008

¿Tenemos Más Autoridad de la que Creemos? Parte 2

En la época de las grandes campañas en carpa en los Estados Unidos, un predicador tenía una carpa que albergaba 20 mil personas.

Al ponerla en Texas vino un tornado y se la llevó.

Estando en una reunión para levantar fondos para una nueva carpa, este predicador dijo: “No se si fue Dios o el diablo quien se llevó mi carpa.”

Este predicador no se dio cuenta que no es Dios quien está en el negocio de llevarse las carpas; es el diablo; Dios está en el negocio de que se predique el evangelio no de estorbarlo.

Hay gente que piensa: “Si, pero Dios lo permitió.”

¡No! Satanás es el Dios de este mundo presente como vimos en 2 Corintios 4:4; y las leyes que gobiernan este mundo vienen en su mayoría de la caída del hombre.

Por ese motivo la gente no se da cuenta y acusa a Dios de todas las cosas malas que ocurren, tales como accidentes, catástrofes, terremotos, tsunamis, epidemias, enfermedades, muertes de nuestros seres queridos.

Cuando mi hermano se fue al cielo, mi papá me preguntaba por que se lo había llevado Dios y yo con mucha tristeza le dije que Dios no estaba manejando el carro.

No debemos echarle la culpa a Dios de las cosas que nos pasan.

Marcos 4:35-39
35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado.
36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas.
37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.
38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?

39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.

Aquí están los discípulos en medio de una gran tormenta, ¿quién envió la tormenta? Definitivamente no fue Dios.

Si hubiera sido Dios, ¿por qué Jesús la detuvo? Si Dios envió la tormenta y Jesús la detuvo, entonces Jesús se levantó en contra de la voluntad de Dios.

En Juan 14:10 dice: “¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.”

Jesús está diciendo aquí que las palabras que Él habla y las obras que Él hace no las hace por si mismo sino que el Padre que vive en Él las hace.

Si Dios envió esa catástrofe y Jesús la detuvo Él se estaba rebelando abiertamente contra el Padre.

Veamos lo que dice Marcos 3:24-25: “Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.”

Algo no debe estar bien con esta forma de pensar.

Debemos reconocer quien es nuestro enemigo.


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