martes, 6 de junio de 2017

Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 8

En este capítulo Kenyon nos muestra como es que la justicia es legalmente nuestra debido a que Jesús tomó nuestro lugar y se hizo pecado por nosotros.


Capítulo 7
LA JUSTICIA LEGALMENTE NUESTRA
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 
Dios hizo a Jesús pecado. El pecado no fue sólo computado a Él, sino Su espíritu de hecho se convirtió en pecado.
Él murió dos veces en la cruz. 
Isaías 53.9 (Interpretación Marginal) "Y ellos hicieron su sepultura con el perverso, y con el hombre rico en Sus muertes.
Observa que "en sus muertes" está en plural. 
Él murió espiritualmente en el momento en que Dios puso el pecado sobre él y lo hizo convertirse en pecado. Él murió físicamente horas después. 
Él murió en el espíritu. Esto se menciona en 1 Timoteo 3.16 que Él fue justificado en el espíritu y en 1 Pedro 3.18 que Él fue vivificado en el espíritu. 
Lo más pronto que Él fue justificado, en ese momento la justificación perteneció al mundo, pues Él fue nuestro sustituto. 
Romanos 4.25 dice: "El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación".
¿Cuándo fuimos justificados? Cuando Jesús fue justificado.
¿Cuándo fue justificado Jesús? Cuando fue vivificado en el espíritu.
Esto explica dos pasajes. 
Hechos 13.33-34 donde Dios dice, hablando del Señor Jesús: "Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy".
Y Colosenses 1.15-18: "Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación... y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos". 
Jesús fue la primera persona que nació de nuevo.
Él fue el primero que nació, y Su nacimiento de la muerte hacia la vida fue por nosotros. 
Ahora podemos entender Efesios 2.10: "Pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús". 
¿Y cuando él hizo tal obra? En el tiempo en que les acabo de decir, en el momento en que fue hecho pecado, justificado, resucitado de la muerte, llevado su sangre al Lugar Santísimo Celestial y sentado la diestra de Dios.
Él se sentó porque su obra fue consumada, para que la nueva creación pueda convertirse en una realidad.
Ahora los hombres pueden pasar de muerte a vida, pueden convertirse en la justicia de Dios en Él.
Si Jesús fue hecho justo, y hecho tan justo al punto de que pudo salir del infierno e ir al cielo, si después de haber sido hecho pecado, pudo llegar a ser tan justo hasta el punto de que pudo ir a la presencia del Padre, sentarse a su diestra, y ser aceptado allí por el Padre, entonces aquel que acepta a Jesucristo como Salvador, confiesa Su señorío y recibe la vida eterna, se hará tan justo como Jesús porque Jesús fue hecho para nosotros Justicia de Dios. 
No te detengas aquí. Atrévete a volver a Romanos 3.26 y lee en la Versión Americana:
"Que Dios mismo pudiera ser justo, y la justicia de aquel que tiene fe en Jesús".
Aquí Dios declara que Él mismo se convierte en la justicia del hombre que tiene fe en Jesús como un Salvador y lo confiesa como Señor.
Si nos convertimos en la justicia de Dios en Cristo, y la justicia significa la capacidad de permanecer en la presencia del Padre sin condenación y con absoluta libertad, entonces Dios resolvió el problema de la conciencia del pecado.

CÓMO DIOS TRATA CON EL PROBLEMA DEL PECADO
Ningún hombre puede estar seguro con Dios simplemente porque tiene sus pecados perdonados. Esto dejaría la vieja naturaleza que produce estos pecados aún ser la dueña de la situación. 
Pero cuando un hombre se convierte en un hijo de Dios, es una nueva creación.
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo".
Hay una perfecta reconciliación. No podría ser una reconciliación perfecta si hubiera pecado en esta nueva creación.
Él hizo del hombre un nuevo ser.
Al mismo tiempo todo lo que el hombre ha hecho en su vida pasada es cancelado, borrado como si nunca hubiera cometido pecado.
La palabra "Remisión" nunca se usa en relación con el creyente. Siempre se utiliza en conexión con el nuevo nacimiento. 
Los pecados de un hombre son cancelados sólo una vez.
Ocho o nueve veces "APHESIS" se traduce "PERDÓN". El perdón nunca se usa en conexión con el nuevo nacimiento.
Como una ilustración 1 Juan 1.9: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad".
Esto no está escrito para el hombre no salvado. Está escrito para el creyente que perdió la comunión con el Padre. 
El perdón pertenece al creyente.
La remisión pertenece al pecador.
Observa cuidadosamente que la naturaleza del pecado está eliminada y la nueva naturaleza toma su lugar. 
Todos los pecados que la vieja creación cometió son borrados como si nunca hubieran existido. Dios no tiene recuerdo de ellos.
Cuando un hombre te dice que debes confesar los pecados que cometiste antes de nacer de nuevo, es ignorante del trato de Dios con el problema con el pecado. La nueva creación no tiene pecados y pecado.
Si hubiera pecado, no habrían nacido de nuevo. Si tuvieran pecados, sus pecados nunca serían cancelados.
Hebreos 9.26 dice: "Pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado".
Aquí tenemos la afirmación de Dios en relación con el pecado. El hombre puede convertirse en una nueva creación porque su naturaleza pecaminosa fue puesta en Jesús.
Cuando fue hecho pecado y acabó con el pecado, el problema del pecado fue una cuestión cerrada.

El hombre más perverso que ha vivido puede aceptar a Jesucristo, y en el instante que lo acepta, se convierte en una nueva creación. Cuando se convierte en una nueva creación, la naturaleza del pecado deja de ser y una nueva naturaleza toma su lugar.


Traducido del libro "Dos Clases de Justicia" de E. W. Kenyon

Quizás te interese leer las entradas de los capítulos anteriores:

Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 1
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 2
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 3
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 4
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 5
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 6
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 7

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