lunes, 24 de septiembre de 2018

Las Doctrinas Acerca de Dios - Clase 3 - La Existencia de Dios 2


En esta clase veremos tres evidencias de la existencia de Dios; en primer lugar las evidencias bíblicas, luego veremos las evidencias racionales y finalmente la evidencia del Espíritu Santo.




2. Evidencias Bíblicas de la Existencia de Dios
Desde el principio mismo de la Biblia, en su primer libro, capítulo y verso encontramos está inequívoca e indubitable afirmación:
Génesis 1:1
1  En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
La Biblia no se propone demostrar la existencia de Dios por medio de argumentos lógicos, da por sentado su existencia como un hecho plenamente razonable; que depende de la fe. 
La Biblia no responde todas las preguntas humanas acerca de Dios ya que Dios es.
Cuando Dios se revela a Moisés en el desierto le dice que Él es el que es:
Éxodo 3:13-14
13  Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel,  y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros.  Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
14  Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.  Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.es.
No hay más que decir, Dios

Fe en la Revelación Divina
El creyente acepta por fe la verdad de Dios y su existencia de acuerdo a la revelación bíblica; es decir, no desde la perspectiva de una fe ciega, sino como una fe fundamentada en la Biblia como la Palabra inspirada por Dios.
En Hebreos 11:6 dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios;  porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay,  y que es galardonador de los que le buscan.”
La Biblia nos revela la misma esencia y naturaleza de Dios.
En Génesis 1:1 lo muestra como creador de todas las cosas: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”
En Hebreos 1:2-3 lo muestra como el sustentador de todo: “En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.”
En el Salmo 22:28 lo muestra como el Señor del destino de individuos y naciones: “Porque de Jehová es el reino, y él regirá las naciones.”
En Efesios 1:11 dice que Dios hace todas las cosas según el designio de su voluntad, revelando gradual de su gran y eterno propósito de redención.
Efesios 4:11
11  En él asimismo tuvimos herencia,  habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.
Esta revelación de Dios en Su Palabra es el fundamento de nuestra fe en Su existencia; además, nuestra fe es edificada cuando aceptamos de corazón el contenido de la Biblia como inspirado por Dios.
Recordemos que Jesucristo dijo en Juan 7:17 que: “el que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.”
Oseas tenía en mente esto cuando dijo: “Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra” (Oseas 6:3), el intenso conocimiento que resulto de su intimidad con Dios.

3. Evidencias Racionales de la Existencia de Dios
Durante el paso de los siglos, los filósofos y pensadores han presentado argumentos racionales sobre la existencia de Dios.
Algunos de estos argumentos vienen de los filósofos griegos Platón y Aristóteles, quienes vivieron unos 300 años antes de Cristo; otros argumentos han sido formulados en los tiempos recientes por los estudiosos de filosofía y religión.
Veamos algunos de estos argumentos.

El argumento cosmológico
Viene del griego cosmología (cosmos, orden y logia, discurso), es el estudio a gran escala de la estructura y la historia del Universo  en su totalidad y, por extensión, del lugar de la humanidad en él.
Este argumento ha sido enunciado de varias maneras; en general encierra la idea de que todo lo que existe en el mundo debe tener una primera causa o razón de ser.
El filósofo alemán Emanuel Kant indicó que si todo lo que existe tiene razón de existir, debe tener su punto de origen en Dios. Es decir, debe haber un agente único que equilibre y armonice en sí todas las cosas.

El argumento teleológico
El término teleología viene del griego telos, fin, y logía, discurso; por eso es el estudio de los fines o propósitos de algún objeto o algún ser, o bien literalmente, a la doctrina filosófica de las causas finales.
Este argumento es prácticamente una extensión del anterior; demuestra que muchas cosas del mundo revelan inteligencia, orden y propósito. De ahí se deduce que su creador debe haber sido un ser sumamente sabio.
Por ejemplo, el hombre para vivir necesita inhalar el aire, del cual recibe oxígeno, pero exhala dióxido de carbono, el cual es inútil para el hombre. Por otra parte, las plantas consumen dióxido de carbono como un elemento esencial, y producen oxígeno, el cual a su vez es consumido por el hombre.

El argumento moral
Para este argumento, Kant partió del raciocinio de la existencia de un Supremo Legislador y Juez, con derecho absoluto de gobernar y corregir al hombre.
Este filósofo sostenía la opinión de que este argumento era superior a todos los demás para probar la existencia de Dios.
La teología moderna utiliza este argumento afirmando que el reconocimiento de un bien supremo por parte del hombre y su deseo de una moral superior, indican la existencia de un Dios que puede convertir ese ideal en realidad.

El argumento de la creencia universal
La exposición principal de este argumento es el siguiente:
Entre todos los pueblos y tribus existe la evidencia común de que el hombre es un ser religioso en potencia. Siendo universal este fenómeno debe ser parte constituyente de la naturaleza del hombre. Y si la naturaleza del hombre tiende a la práctica religiosa, ésta solo encuentra explicación en la existencia de un ser superior.
Es por eso que millones ignoran al único y verdadero Dios pero practican alguna religión.

Conclusión
El estudio de estos argumentos puede fortalecer la fe de un creyente ya que le hace ver que su fe no está en contra de la razón.
Puede ayudarle a saber dialogar con personas que no aceptan la Biblia pero que están dispuestas a razonar acerca de los interrogantes filosóficos con respecto al origen del mundo.

4. El Testimonio del Espíritu Santo en la Vida del Creyente
1 Corintios 2:9-12
9  Antes bien,  como está escrito: cosas que ojo no vio,  ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
10  Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;  porque el Espíritu todo lo escudriña,  aun lo profundo de Dios.
11  Porque  ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre,  sino el espíritu del hombre que está en él?  Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios,  sino el Espíritu de Dios.
12  Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,  sino el Espíritu que proviene de Dios,  para que sepamos lo que Dios nos ha concedido
Para nosotros, los creyentes, nos es difícil como ciertas personas niegan tan fácilmente la existencia de Dios.
Maestros afamados, científicos, filósofos, pensadores y hasta teólogos refutan la idea de la existencia de un Dios Eterno, real y personal.
Esas personas han cerrado los ojos a las abundantes evidencias de la existencia de Dios contenidas en la Biblia y en la naturaleza; aceptando la mentira en lugar de la verdad.

¿Cómo probar la realidad de Dios?
No se puede probar la existencia de Dios por medios naturales tal como se prueba la exactitud de un teorema matemático o una realidad química, cuyos resultados son siempre los mismos.
En cuanto a la realidad de Dios, podemos apropiarla por fe, pero también por los rastros que el dejó en nuestro espíritu; tenemos la poderosa operación del Espíritu Santo que habita en nosotros para iluminarnos en nuestra búsqueda.
En Romanos 8:16 dice: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,  de que somos hijos de Dios.”


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