domingo, 20 de diciembre de 2020

Kenneth Hagin - Manual de Fe - Clase 24

 

Lección 24 
La Duda, Ladrón De Las Más Grandes Bendiciones De Dios

 

Textos Bíblicos: Marcos 14:22-31; Mateo 17:14-20; Marcos 4:35-40.

Verdad Central: La duda le robará al creyente lo mejor de Dios para su vida.

 

En la lección de hoy vamos a concentrarnos en algunos ejemplos de duda, los cuales encontramos en historias bíblicas conocidas.

Fe Para Caminar Sobre las Aguas

Mateo 14:22-31: “En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”.

En esta historia Jesús envió a sus discípulos al otro lado del mar mientras él iba solo a un monte a orar. A la cuarta vigilia de la noche (entre cuatro y seis de la mañana siguiente) los discípulos vieron a Jesús caminando hacia ellos sobre las aguas. Pensando que estaban viendo un fantasma, gritaron con miedo. Entonces Jesús les dijo: "Yo soy, no temáis". El impetuoso Pedro gritó: "Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas". Jesús le contestó con una palabra: "ven".

Pedro comenzó con fe y mientras mantuvo sus ojos puestos en Jesús, le fue bien. Pero cuando quitó sus ojos de Jesús y miró a las circunstancias que le rodeaban; el viento batiendo el mar a su alrededor, le dio miedo y empezó a hundirse. "¡Señor, sálvame!", le dijo a Jesús.

Jesús tomó la mano de Pedro y lo llevó a salvo de regreso a la barca, reprendiéndole con las palabras: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?".

La fe es actuar sobre la Palabra de Dios. Mientras Pedro actuó sobre la Palabra que Jesús le había dicho, todo le fue bien. Pero cuando empezó a dudar porque tuvo miedo, dejó de actuar en las palabras de Jesús, comenzó a hundirse. Jesús no tenía la intención de que Pedro se hundiera. Él tenía la intención de que Pedro caminara de regreso a la barca con Él. La duda le robó a Pedro su bendición.

La duda y el temor van de mano a mano, pero la fe y el amor también van de mano a mano. "...El perfecto amor echa fuera el temor..." (1 Juan 4:18).

Fe Para Echar Fuera Demonios

Mateo 17:14-20: “Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo: Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo os he de soportar? ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? Traédmelo acá. Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús le dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará, y nada os será imposible”.

En el pasaje anterior de la escritura, ¿cuál fue la explicación de Jesús para el fracaso de los discípulos en sanar al muchacho poseído por un demonio? Fue por su duda o incredulidad (ver.20). ¿Pero tenían los discípulos en realidad el poder para echar fuera el demonio? Sí, de acuerdo con Mateo 10:1: “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia".

Qué a menudo escuchamos a cristianos decir que necesitan más poder para hacer más para Dios. Sin embargo, ese no es el problema. Si ellos tienen el Espíritu Santo, tienen el poder. Ellos piensan que si tuvieran más poder, obraría resultados automáticamente; pero obra por la fe. ¡El problema es la falta de fe, no la falta de poder!

La duda es la que está robándoles lo mejor de Dios. Jesús no les dijo a estos discípulos que no podían echar fuera al diablo porque no tenían el poder. Dijo que era por su incredulidad.

¿Cuánta fe se necesita para echar fuera demonios? Jesús dijo en el pasaje anterior que una fe no más grande que un grano de mostaza podía mover una montaña entera. Todo creyente lleno del Espíritu tiene dentro de él suficiente poder para reclamar lo mejor de Dios para su vida. Si él está viviendo debajo de sus privilegios, no es por falta de poder, sino por falta de dejar que este poder se suelte a través de la fe.

Fe Para Aplacar Una Tormenta

Marcos 4:35-40: “Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza”. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”.

Por la noche después de un día completo de predicar a multitudes que lo apretaban, Jesús le dijo a sus discípulos reunidos a su alrededor en una barca: "Pasemos al otro lado". Como estaba tan cansado, fue a la popa de la barca donde pronto se durmió. Estaba tan dormido que no se percató de la tormenta que se levantaba. A pesar de que las olas golpeaban la pequeña embarcación, Jesús continuó durmiendo en completa paz. Sin embargo, Sus discípulos no estaban en paz. Mientras el rugiente viento aumentaba y la barca se llenaba de agua, los discípulos despertaron a Jesús diciéndole: "¿No tienes cuidado de que nuestra barca se hunde y moriremos?". Ellos habían olvidado las palabras de Jesús cuando empezaron el viaje: "Pasemos al otro lado".

Jesús se levantó, reprendió al viento y aplacó la tormenta hasta que el mar estuvo de nuevo en calma. Entonces se volvió a Sus discípulos y los reprendió, "¿Por qué dudasteis de mí? ¿Por qué estáis llenos de temor? ¿Dónde está vuestra fe? ¿No os dije al comienzo de este viaje que cruzaríamos a la otra orilla? ¿Por qué no me creísteis?"

Los discípulos permitieron que la duda y el temor entraran a sus corazones, llevándose la fe en la promesa de Jesús de que llegarían a salvo al otro lado. Una vez más el ladrón llamado duda había triunfado.

Notemos las similitudes de estas tres ilustraciones bíblicas. En cada una Jesús reprendió a los discípulos por su incredulidad. (Mateo 14:31; Mateo 17:20; Marcos 4:40), y en cada ocasión Jesús resolvió el problema que los discípulos, a través de su falta de fe, habían fallado en resolver.

En cada ocasión el ladrón de la duda privó a los discípulos de recibir lo mejor que Dios tenía para ellos. Lo más alto y lo mejor de Él para sus vidas era que ellos lo recibieran por la fe.

Si nosotros, al igual, utilizamos el poder que está en nosotros y actuamos en la Palabra de Dios, obtendremos las más grandes bendiciones que Dios ha planeado para nuestras vidas.

 

Texto Para Memorizar: "Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho" (Marcos 11:23).

 


 

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