martes, 1 de diciembre de 2020

Kenneth Hagin - Manual de Fe - Clase 7

 

Lección 7 

La Fe contra los Sentimientos

Textos Bíblicos: Juan 20:24-29; 2°Corintios 5:17.

Verdad Central: Una fórmula para la fe es: (1) Encuentra una promesa en la Palabra de Dios para cualquier cosa que estés buscando, (2) Cree la Palabra de Dios, (3) No consideres las circunstancias contradictorias, y (4) Alaba al Señor por la respuesta.

 

El amado hombre de fe, Smith Wigglesworth, dijo en cierta ocasión: "No puedo entender a Dios a través de mis sentimientos. No puedo entender a Dios el Padre y a Jesucristo a través de mis sentimientos. Solamente puedo entender a Dios el Padre y a Jesucristo a través de lo que la Palabra de Dios dice acerca de ellos. Dios es todo lo que la Palabra dice que es. Necesitamos conocerlo a través de la Palabra". Muchísimas veces muchos tratan de conocer a Dios a través de sentimientos personales. Cuando se sienten bien, piensan que Dios ha escuchado sus oraciones. Si no se sienten particularmente bien, piensan que Él no les ha escuchado. Su fe está basada en sus sentimientos cuando debería estar basada en la Palabra de Dios.

Una Fe Cómo la de Tomás

 

En Juan 20:24-29 dice: “Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron”.

Tomás era alguien que basaba su fe en sus sentimientos, en lo que sus sentidos le decían. Él dijo que no creería a menos que pudiera ver con sus propios ojos la señal de los clavos en las manos de Jesús, y tocarlas con sus propias manos. El confiaba en lo que podía ver y tocar, no en lo que Dios tenía que decirle. Tenemos muchos "cristianos como Tomás" hoy día, aquellos que creen solamente lo que sienten, ven, oyen o tocan. Pero la fe real en Dios está basada en la Palabra de Dios. La fe verdadera en la Palabra dice: "Si Dios dice que es verdad, lo es". Creer en Dios es creer en Su Palabra. Si la Palabra de Dios dice que Él me oye, entonces yo sé que me oye porque Él lo dice y Su Palabra no puede mentir.

Si tu fe está basada en sentimientos, entonces estás usando una fe humana natural. No podemos obtener resultados con la fe humana natural. Tenemos que usar la fe de las escrituras, la fe de la Biblia, creyendo en la Palabra de Dios.

En cierta ocasión oré por una señora, quien había estado en muchas filas de sanidad, y nunca había recibido su sanidad. Después de orar por ella, me dijo inmediatamente: "Todavía no la tengo, ore otra vez". Oré otra vez y cuando terminé, dijo lo mismo. Después de orar por tercera vez al parecer sin resultados, le pregunté: "¿Cuándo vas a empezar a creer que estás curada?"

"Bueno", me dijo ella, "cuando esté sana". "¿Para qué quieres creerlo entonces? Me parece que entonces ya lo sabrás", le dije.

Cualquiera puede creer lo que puede sentir, oír o ver. Nosotros vivimos y operamos en el reino físico la mayor parte del tiempo y obviamente entonces tenemos que caminar por la vista. Pero cuando se trata de las cosas de la Biblia, de las cosas espirituales, entonces no andamos por vista; andamos por fe.

La Sanidad es Espiritual

La sanidad de Dios es una sanidad espiritual. Si la ciencia médica sana, sana a través de lo físico. La Ciencia Cristiana sana a través de la mente. Pero cuando Dios sana, sana a través del espíritu.

En 2 Corintios 5:17 dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

La sanidad espiritual, o sanidad divina, se recibe de Dios de la misma manera que el nuevo nacimiento, el cual es un renacimiento del espíritu. Cuando naces de nuevo, no es tu cuerpo el que nace de nuevo, porque todavía tienes el mismo cuerpo que siempre has tenido. Cuando Pablo dijo: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es...", él no se estaba refiriendo al cuerpo del hombre hecho nuevo. El nuevo nacimiento no cambia lo físico de ninguna manera. Por supuesto  que después de ser salvo, el hombre interior domina al hombre físico, pero es el hombre de adentro, el hombre interior el que nace de nuevo.

El nuevo nacimiento es el renacimiento del espíritu humano. Jesús dijo "Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es" (Juan 3:6). Lo que ha sucedido en el interior de la persona, no puede verse inmediatamente, ya que toma lugar en el espíritu humano. Pero a medida que la persona camina en la luz de lo que tiene, con el transcurso del tiempo se volverá evidente.

Hemos estado equivocados muchas veces cuando hemos visto a personas venir al altar, orar, llorar, saltar y abrazar a todos a su alrededor, actuando muy felices. Después no se les vuelve a ver más. Realmente pensamos que habían recibido algo maravilloso de Dios. Pero era solamente algo emocional, y no el nuevo nacimiento. Otras veces hemos visto a gente venir al altar por salvación, que no han demostrado emoción alguna, y nos hemos preguntado si habían recibido algo del Señor. Pensamos que no habían estado en el altar el tiempo suficiente para recibir algo. Sin embargo, muchos de estos se vuelven cristianos sobresalientes durante toda su vida. Este es otro ejemplo de fe basada en los sentidos físicos.

Yo creo en los sentimientos, pero los pongo en último lugar. La Palabra de Dios viene primero, la fe en la Palabra de Dios en segundo lugar, y los sentimientos al último. Muchísimas personas lo hacen al revés y ponen los sentimientos primero, la fe en sus sentimientos segundo, y la Palabra de Dios al final. Esta gente nunca va a tener éxito en nada.

Al andar en el ámbito natural, tenemos que guiarnos por nuestros sentidos físicos (Por ejemplo, si estamos cruzando la calle y nuestros ojos nos dicen que vienen autos, tenemos que esperar hasta que los autos pasen). Pero lo que mucha gente trata de hacer es creer en Dios con esa fe física o natural, y si sus sentidos físicos les dicen que no es así, entonces creen que no es así. Pero nuestros sentimientos físicos no tienen nada que ver con la Biblia. La Palabra de Dios es la verdad, no importa lo que nuestros sentimientos o las circunstancias nos digan. "Para siempre, oh Jehová, permanece tu Palabra en los cielos" (Salmos 119:89).

Fórmula Para la Fe

Aquí hay una fórmula de fe que puedes hacer que obre resultado para ti. Primero, ten la Palabra de Dios para cualquier cosa que estés buscando; segundo, cree la Palabra de Dios; tercero, rehúsa considerar las circunstancias contrarias, o lo que tus sentidos físicos te puedan decir acerca de eso; y cuarto, agradece a Dios por la respuesta. Sigue estos cuatro pasos, y siempre obtendrás resultados. Estos son cuatro pasos seguros para liberación, sanidad, oraciones respondidas o cualquier cosa que estés buscando del Señor.

 

Texto Para Memorizar: "Para siempre, Oh Jehová, permanece tu Palabra en los cielos" (Salmos 119:89).

 

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