Nuestra Comisión
como Embajadores de Cristo
1 Corintios 9:16-17
16 Pues si anuncio el evangelio,
no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no
anunciare el evangelio!
17 Por lo cual, si lo hago de
buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha
sido encomendada.
Una comisión es el orden y
facultad que se la da a una persona para que ejecute algo o trate un negocio;
es un encargo que se le da a alguien, es un encargo que se ha confiado, una
tarea que se ha encomendado.
Los embajadores de las naciones son comisionados
para tratar con asuntos relativos de las naciones que pertenecen, sean en
anuncios de guerra o de paz, de negocios o promoción siempre tienen un encargo
que hacer en la nación a la cual han sido enviados.
Nosotros como embajadores de Cristo también hemos
sido enviados con el encargo de llevar las buenas nuevas del evangelio a todas
las personas de todas naciones del mundo
Lucas 24:44-49
44 Y les dijo: Estas son las
palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo
que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
45 Entonces les abrió el
entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;
46 y les dijo: Así está escrito, y
así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al
tercer día;
47 y que se predicase en su nombre
el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando
desde Jerusalén.
48 Y vosotros sois testigos de
estas cosas.
Dios nos encomendó una Gran Comisión a todos los
creyentes, es decir nos dio una misión aquí en la tierra.
En esta Gran Comisión nosotros somos testigos de la
muerte y resurrección de Jesús a todas las naciones.
Tenemos un testimonio que llevar al mundo, un
mensaje que predicar al mundo y es que Cristo murió y resucito trayendo
salvación a todos los hombres.
Marcos 16:15-16
15 Y les dijo: Id por todo el
mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
16 El que creyere y fuere
bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
La primera tarea de todo creyente que es ir y
predicar el Evangelio a todas las personas.
En 1 Timoteo 2:4 podemos ver cuál es el deseo es el
deseo de Dios acerca de la gente que vive en el mundo: “Él cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad.”
Ese es el deseo máximo de Dios, Dios quiere la
salvación de la gente, que la mayor cantidad de personas vengan al conocimiento
de Cristo.
Desde hace más de 30 años que he conocido a Jesús he
visto un cartel por todos lados: “Cristo
viene pronto, prepárate.”
Pero Cristo aún no regresa, ¿por qué?
En 2 Pedro 3:9 nos da la clave: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza,
sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepentimiento.”
El corazón de Dios está por la gente, su deseo más
profundo es la salvación de todos los hombres, es por eso que nos ha
encomendado esta Gran Comisión, ir a todo el mundo, hasta las partes más
distantes de la tierra predicando el glorioso evangelio del Señor Jesucristo.
1 Corintios 2:1-2
1 Así que, hermanos, cuando fui a
vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de
palabras o de sabiduría.
2 Pues me propuse no saber entre
vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.
Aquí Pablo nos muestra que es necesario que les
prediquemos acerca de Jesucristo crucificado, es decir, la obra completa y
terminada de Cristo en la cruz que trajo la redención a todos los hombres.
Cuando Jesús dijo “Consumado es,” en Juan 19:30, “la
redención es cumplida; ‘El ha acabado la transgresión, y hecho reconciliación
por la iniquidad, e introducido la justicia eterna, y sellado la visión y
profecía, y ungido un lugar santísimo’. El ha inaugurado el reino de Dios y
dado nacimiento a un mundo nuevo” (Jamieson, Fausset, Brown).
La obra completa, consumada y terminada de Cristo ya
está disponible a todos los hombres; por ese motivo tenemos un nuevo mensaje:
Jesucristo y su obre terminada por nosotros.
En 2 Corintios 5:17-21 Pablo nos habla más
claramente de este nuevo mensaje:
2 Corintios 5:17-21
17 De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas.
18 Y todo esto proviene de Dios,
quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación;
19 que Dios estaba en Cristo reconciliando
consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos
encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
20 Así que, somos embajadores en
nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en
nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
21 Al que no conoció pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
él.
Ahora que estamos en Cristo, tenemos un nuevo
mensaje para el mundo, el mensaje de la reconciliación, este mensaje es bien
sencillo, Dios ya no tiene nada contra el hombre; ya no le toma en cuenta sus pecados;
Jesús ya se hizo pecado por nosotros para que podamos ser justos delante de Él.
Nuestros pecados ya no son impedimento para
acercarnos a Dios; debido a que por medio de la obra terminada de Cristo en la
cruz, ahora podemos acercarnos libremente a la presencia de Dios.
Nuestra salvación ya no depende de Dios debido a que
ya nos proveyó el medio para recibir la vida eterna por la muerte de Cristo en
la cruz, donde Él canceló el precio de nuestra redención, ahora la salvación
depende del hombre mismo, si acepta o rechaza la oferta que Dios le hace: “¿Aceptarás el regalo gratuito que Te di por
medio del sacrificio de Jesús en la cruz?”
En esto consiste la Gran Comisión, en llevar el
mensaje de la reconciliación a todos los hombres, dándoles la oportunidad que
reciban libre y gratuitamente la salvación que Dios ya proveyó para ellos por
medio de la obra terminada de Cristo.
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