Sigamos viendo las armas de nuestra milicia
(4) El Poder de
Dios para Testificar
Hechos 1:4-9
4 Y estando juntos, les mandó que
no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual,
les dijo, oísteis de mí.
5 Porque Juan ciertamente bautizó
con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no
muchos días.
6 Entonces los que se habían
reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este
tiempo?
7 Y les dijo: No os toca a vosotros
saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
8 pero recibiréis poder, cuando
haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y
hasta lo último de la tierra.
9 Y habiendo dicho estas cosas,
viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
Cuando vamos a viajar, las últimas palabras que
decimos son las más importantes; igualmente Jesús se dejó lo más importante
para el final.
Cuando recibimos el bautismo con el Espíritu Santo
recibimos el poder de Dios para testificar; esto es una gran verdad.
Conocí al Señor en 1979, a los 17 años, en mi primer
mes y medio de creyente gane solo a una persona para el Señor, pero algo pasó
cuando recibí el bautismo con el Espíritu Santo, ¡de pronto le estaba
testificando a todo el mundo!
Dos meses y medio después estaba en una reunión de
discipulado, con nuestro líder y sus otros tres discípulos; el tema des ese día
es a cuantos habíamos ganado para el Señor.
Le preguntaron al primero, que tenía ya dos años con
el Señor, y respondió que todavía a ninguno. Le preguntaron al segundo, que
tenía año y dos meses, y él contestó con gozo, he ganado a dos. Le preguntaron
al tercero y dijo que había ganado a uno y medio; ¿qué? Nos dijo que uno estaba
medio convertido. Al final me preguntaron a mí, que era el recién convertido
con solo cuatro meses en el Señor; y les dije que había alcanzado a 25; ¡se
molestaron conmigo!
Lo que había pasado es que yo había sido bautizado
con el Espíritu Santo y ellos no.
(5) Las Señales
que nos Acompañan
Marcos 16:17-18
17 Y estas señales seguirán a los
que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
18 tomarán en las manos
serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos
pondrán sus manos, y sanarán.
La palabra señal es la griega semeíon; que significa un hecho sobrenatural; un milagro, una
señal, un signo.
La palabra seguirán
es traducida como acompañarán en
muchas otras versiones, y creo que es una traducción más adecuada ya que las
señales son parte de nuestro equipo para testificar.
Nuestro evangelio es un evangelio de poder así que
aprovechemos y usemos estas señales milagrosas que Dios nos dio para alcanzar
al mundo.
Hace años estaba saliendo del grupo de jóvenes
cuando vimos en la plazuela del Parque Kennedy (que hoy es la plaza de los
hippies), un Miraflores, a un grupo de personas que predicaban la fe B’ahai, me
molestó tanto que les dije a mis amigos que vayamos e impidamos que siguen
dando su mensaje, así que osadamente fui y le quite el micrófono al que estaba
hablando mientras los demás jóvenes le predicaban a la gente.
Al final le dije al que dirigía el grupo, que era
del medio oriente, que mi amigo iba a hablar en lenguas en su idioma, así que
cuando empezó hacerlo el hombre se puso pálido y mudo, no dijo ni una palabra
más. Más tarde su compañero nos dijo que le había estado hablando las
maravillas de Dios en su idioma en su idioma.
Tenemos las señales que nos acompañan y ayudan a la
hora de testificar a otros; así que aprovechemos en usarlas.
(6) Los Dones del
Espíritu Santo
1 Corintios 12:7-11
7 Pero a cada uno le es dada la
manifestación del Espíritu para provecho.
8 Porque a éste es dada por el Espíritu
palabra de sabiduría; a otro, palabra de
ciencia según el mismo Espíritu;
9 a otro, fe por el mismo
Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.
10 A otro, el hacer milagros; a
otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos
géneros de lenguas; y a otro,
interpretación de lenguas.
11 Pero todas estas cosas las hace
uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.
Esta es otra gran arma que tenemos a la hora de
llevar el evangelio a otras personas, los dones del Espíritu Santo.
Estos dones no son nuestros sino del Espíritu y
operan cuando Él quiere para nuestro beneficio y el de las personas que nos
rodean.
Nosotros solo somos canales de bendición a través
del cual el Espíritu Santo puede alcanzar a otros con estos dones.
Cuantas veces he visto la operación de estos dones
para ayudar a otra persona a recibir a Jesús.
A veces sabiendo el problema a través de los dones
de palabra de conocimiento o de palabra de sabiduría. Otras veces ayudando a
que sea sanado por los dones de sanidades, o con una palabra inspirada a través
del don de profecía.
Tantas veces los dones del Espíritu me han ayudado y
siguen ayudando para alcanzar a otros.
Tomemos provecho de ellos a la hora de testificar.
(7) Jesucristo
Predica Junto con Nosotros
Marcos 16.20
20 Y ellos, saliendo, predicaron
en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales
que la seguían. Amén.
Esta es una de las verdades más maravillosas, cuando
predicamos, Jesús está a nuestro lado predicando con nosotros.
La palabra ayudar
es el término griego sunergeo que
significa: “ayudar en el trabajo,
cooperar.”
Al salir a predicar Jesús está con nosotros ayudando
en el trabajo y cooperando con nosotros.
La Biblia en Lenguaje sencillo lo coloca así: “Y los discípulos, por su parte, salieron a
anunciar por todas partes las buenas noticias del reino. El Señor Jesús los
acompañaba y los ayudaba por medio de señales, y así Dios demostraba que los discípulos
predicaban el mensaje verdadero.”
Jesús trabaja con nosotros cuando predicamos el
evangelio así que prediquemos con entera confianza sabiendo que no estamos
solos
Como conclusión podemos decir que teniendo estas
poderosas armas vayamos y alcanzamos al mundo sabiendo que no estamos solos
sino que tenemos el respaldo de Dios para cumplir esta Gran Comisión.
Vea cambien:
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