sábado, 27 de julio de 2013

Lo Que es la Fe 10 - La Fórmula Para la Fe - Primera Parte

La Fórmula Para la Fe 
Primera Parte
(Como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido
- Romanos 4:17-21

En este pasaje podemos ver los cuatro pasos que siguió Abraham para conseguir el hijo que deseaba. Si seguimos estos pasos también conseguiremos las cosas que deseamos recibir de Dios.

Paso 1
Halla la Promesa en la Palabra de Dios

Lo primero que debes hacer es saber lo que Dios te ofrece. Es como ir a un restaurante; tú no pides un plato hasta que ves el menú. La pregunta es, ¿qué nos ofrece Dios?

2 Pedro 1:3-4
3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.

Dios nos ofrece todo; todo lo que pertenece a esta vida natural y todo lo que pertenece a la vida espiritual. Él ya nos dio todo.

El verso 3 en la Biblia al Día dice así: “Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda”.

“Vivir como Dios manda”, es una frase que nos habla de vivir con plenitud y abundancia, disfrutando de todas las cosas que nos provee Dios.

Es lo que escribió Pablo en Primera de Timoteo 6:17 cuando dijo: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”.

No debemos poner nuestra esperanza en el dinero ni en las cosas materiales que son inciertas; o como dice la versión de Arcas y Fernández: "Que no pongan su esperanza en algo tan inseguro como el dinero."

La Biblia en Lenguaje Sencillo lo pone así: "Adviérteles a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni confíen en sus riquezas, porque es muy fácil perder todo lo que se tiene."

En tiempos recientes hemos visto que tan fácil es perder todo lo que se tiene. Hace tan pocos años vimos lo que pasó en Estados Unidos cuando entró en crisis luego de un gran tiempo de bonanza, y como decenas de miles de familias perdieron sus casas y tuvieron que irse a vivir en carpas.

El dinero es incierto e inseguro, hoy lo tienes y mañana puedes perderlo, por eso nuestra confianza debe estar en otro lado, en el Dios vivo, en nuestro Padre, Quién nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.

1 Corintios 2:9-12
9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 
10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 
11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 
12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.

Hace años cuando estaba en la universidad tenía un amigo al que le estuve predicando por seis meses sin ningún resultado. Finalmente tomé la decisión de no predicarle mas, pues me parecía que perdía el tiempo.

A las tres semanas me encontré con él, y estaba repartiendo volantes para una campaña; le pregunté que le había pasado y me contó que se había convertido el domingo; y mientras conversamos el me mostró 1 Corintios 2:9 y me dijo: “Ricardo, imagínate cuando estemos en el cielo, veremos cosas que ojo no vio ni oído oyó.” 

Muchos creyentes hacen lo mismo cuando leen este pasaje, piensan en todas las cosas que tendremos en el Cielo y dicen: “Oh, que hermoso será cuando estemos en Cielo, allá tendré un palacio mas hermoso que el sol; mientras que aquí en la tierra estaremos sufriéndola con tristeza, dolor, pobreza y enfermedad como buenos peregrinos.”

No se dan cuenta que tan solo un versículo mas adelante dice que Dios nos reveló estas cosas que “ojo no vio, ni oído oyó” aquí en la tierra. Esas hermosas promesas son nuestras ahora, no tenemos que esperar a estar en el Cielo para disfrutarlas.

El verso 12 dice que Dios nos dio el Espíritu para que sepamos cuales son estas promesas que Dios nos ha concedido.

Juan 14:26
26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

El Espíritu Santo nos enseña todas las cosas y nos hace recordar las cosas que Jesús nos dijo. ¿Cómo lo hace? A través de la Palabra de Dios.
Juan 1:1,14
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 

La palabra que se usa como verbo en estos pasajes es la palabra griega logos que significa palabra. Jesucristo es la Palabra Viva de Dios.

Cada vez que tomamos la Palabra de Dios para estudiar le estamos dando al Espíritu Santo materia prima para que nos muestre las cosas que Dios nos ha concedido.

Por lo tanto, si quieres saber las cosas que Dios te ha concedido debes ir a su Palabra.

En la Biblia hay más de 32 mil promesas y todas te pertenecen; solamente anda y busca la promesa que te promete lo que quieres recibir de Dios.

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