Ten una Vida de Oración y Comunión
Una de las cosas más importantes para tener salmos, himnos y cánticos espirituales es lo tercero, que es, tener una vida de oración y comunión con Dios.
En nuestro tiempo de oración que nos comunicamos con Dios y recibimos lo que Él tiene para nosotros.
En 1 Corintios 14:14-15 vemos como debe ser nuestra oración personal: “Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.”
Nuestra vida debe tener ambos ingredientes, la oración en lenguas y la oración en nuestro idioma materno, no solo uno de los dos sino ambos.
La oración en nuestro idioma materno es el que hablamos usualmente, pero la oración en lenguas es la que hacemos en un idioma desconocido para nosotros y que viene del Espíritu Santo.
En 1 Corintios 14:2 dice: “Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.”
Al hablar en lenguas estamos hablándole no a los hombre sino a Dios.
La versión The Message (El Mensaje) dice de este verso: “Si le alabas en el lenguaje privado de las lenguas, Dios te entiende pero nadie más lo hace, porque estás compartiendo intimidades entre él y tú.”
Nadie te entiende, tú mismo tampoco, ni los hombres, ni los ángeles, ni Satanás ni sus demonios.
Es la oración perfecta solo Dios te entiende.
La traducción de Moffatt dice que hablamos secretos divinos.
¿Qué secretos divinos?
Romanos 8:26-27 dice: “Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles; y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.”
Estamos orando por cosas que no conocemos, por las cuales no sabemos cómo orar, pero al orar en lenguas, siendo inspirados por el Espíritu Santo, oramos de la manera más apropiada.
Oramos secretos divinos, cosas que no conocemos, que pueden ser por nosotros o por los demás, pero que son oradas conforme a la voluntad de Dios, ya que somos ayudados e inspirados por el Espíritu Santo.
Es en ese momento que oramos en lenguas que le damos la oportunidad al Espíritu Santo para que nos guíe e inspire para hablar en salmos, himnos y cánticos espirituales.
Hemos visto que para fluir con salmos, himnos y cánticos espirituales en nuestra vida diaria debemos tener la Palabra de Dios en nuestros corazones de manera abundante, ser llenos del Espíritu Santo y tener una vida diaria de oración.
Al hacer estas cosas le estamos dando tiempo al Señor, le damos la oportunidad que Él pueda hablar a nuestros corazones y dirigirnos.
Nos permite estar tan llenos del Señor que podremos estar conscientes de Su voz y dirección para nosotros y sensibles para escuchar lo que tiene que decirnos.
Abre tu Boca y Habla en Fe
Lo cuarto que debemos hacer es dar el paso de fe, abrir nuestros labios y hablar.
En Efesios 5:18-19 dice: “Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, sino sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con vuestro corazón al Señor.”
Uno que es lleno del Espíritu Santo va a hablar, en un principio hablará en lenguas, cuando recibe el bautismo con el Espíritu.
Posteriormente, podemos ser llenos del Espíritu Santo hablando salmos, himnos y cánticos espirituales.
Kenneth Hagin dijo: “Una persona no habla en lenguas por uno de dos motivos; por incredulidad o por no cederse al Espíritu Santo cuando les da las expresiones que deben hablar.”
Lo mismo sucede con el hablar los salmos, himnos y cánticos espirituales; cuando estamos orando Dios nos dará estos salmos, cánticos e himnos espirituales, pero somos nosotros los que en fe debemos hablarlos.
Es como cuando recibimos el Bautismo con el Espíritu, el Espíritu Santo nos dio una, dos o más palabras y nosotros en fe las hablamos, y mientras más seguíamos hablando en fe salían más palabras hasta convertirse en un lenguaje fluido; y cada vez que abrimos nuestra boca en fe volvemos a hablar en lenguas.
Lo mismo sucede cuando hablamos salmos, himnos y cánticos espirituales; Dios nos da el inicio del salmo, a veces el título o la primera estrofa, y nosotros las hablamos en fe, y conforme vamos hablando van saliendo las demás estrofas del salmo, himno o cántico espiritual.
Es decir, cuando llega ese inicio, ese título o primera estrofa, debemos responder al Señor y empezar a hablar el salmo que Dios nos dio.
Como nos hemos llenado de la Palabra y estamos llenos del Espíritu podemos hace lo que dice en Isaías 12:3: “Con alegría sacarán ustedes agua de las fuentes de la salvación” (Nueva Versión Internacional).
Debemos responder y sacar de nuestro interior lo que Dios nos da.
En mi vida sucedió de esta manera; ya había estado estudiando del tema, había guardado la Palabra de Dios en mi corazón y sabía que hacer; así que esa madrugada mientras oraba en lenguas vinieron unas palabras a mi interior: “Victoria y bendición”.
En ese momento me cedí al Espíritu Santo y respondí hablando esas palabras en fe:
Victoria y bendición
Hay en cada situación
Victoria y bendición
Es lo que tengo yo
Victoria y bendición
Mientras voy caminando
Victoria y bendición
Mientras voy caminando
Victoria y bendición
Por la sangre de Jesús
Que trajo para mi
Victoria y Bendición
De ahí en adelante cambió mi vida de oración, no solo llegaron salmos, sino himnos y cánticos espirituales también, los dones de profecía y de revelación.
Si eres lleno del Espíritu Santo solo es un paso de fe, solo debes decir las cosas que el Espíritu Santo trae a tu corazón.
Te animo a que cuando ores pongas estas cosas en práctica y hables salmos, himnos y cánticos espirituales.