Definición de Canon
La palabra canon
viene de la raíz “caña”; que viene
del hebreo “ganeh” y el griego “kanon”. La “caña” fue usada como una vara para medir, y finalmente significó “norma” o “regla establecida”.
Orígenes, el gran erudito cristiano del siglo segundo,
usaba la palabra “canon” para denotar
lo que llamamos la “regla de la fe”, la
norma por la que la que debemos medir y evaluar. Posteriormente significó “lista” ó “indice”.
La
palabra canon aplicada a las
escrituras significa: “Una lista de
libros aceptada oficialmente.”
Una
cosa que debemos tener en mente es que la iglesia no creó el canon ni los libros incluidos en lo que
nosotros llamamos Escrituras; sino, reconoció los libros que estaban inspirados
desde su inicio. Reconoció que eran inspirados por Dios cuando fueron escritos.
El
Canon fue determinado por Dios y reconocido por las autoridades.
El Canon en el Antiguo Testamento
En Éxodo 24:4-8 vemos como Moisés escribió todas las
palabras de Jehová, edificó un altar y leyó la ley: “Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte,
y doce columnas, según las doce tribus de Israel. Y envió jóvenes de los hijos
de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz
a Jehová. Y Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en tazones, y esparció
la otra mitad de la sangre sobre el altar. Y tomó el libro del pacto y lo leyó
a oídos del pueblo, el cual dijo: haremos todas las cosas que Jehová ha dicho,
y obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo:
He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con nosotros sobre todas estas
cosas,”
En Deuteronomio 31:24-26 Moisés después de poner la ley en
un libro dio órdenes acerca de ella: “Y
cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta
concluirse, dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de
Jehová, diciendo: Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del
pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti,”
En 2 Reyes 22:8 vemos como los libros de la ley fueron
hallados en el templo en tiempos del rey Josías: “Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado
el libro de la ley en la casa de Jehová.”
En
Deuteronomio 17:18 vemos el secreto que Dios le dio a los reyes para tener un
liderazgo sabio: “Y cuando se siente
sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí una copia de esta ley,
del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas.” La mayoría de los fracasos de los reyes fue
como resultado de no haber hecho esto.
Jesús y el Canon de las Escrituras
En Lucas 24:27 Jesús expuso las escrituras (39 libros) a
los dos discípulos en el camino de Emaús: “Y
comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos las profetas, les declaraba en
todas las Escrituras lo que de él decían.”
Notemos que Lucas aquí llama al Antiguo Testamento “Escrituras”; Jesús estaba reconociendo
el canon de las escrituras, la ley y
los profetas.
En Juan 5:39 Jesús reconoce el canon de las Escrituras: “Escudriñad
las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis vida eterna; y
ellas son las que dan testimonio de mi.”
En Mateo 5:18 Jesús dijo: “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni
una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.”
En Mateo 19:4 Jesús aceptó como cierto el relato de la
creación de Génesis: “El respondiendo les
dijo: ¿No habéis oído que él que los hizo al principio, varón y hembra los
hizo?"
En Mateo 12:40 confirmó la historia de
Jonás en el vientre del gran pez: “Porque
como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así
estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”
En Mateo 24:15 confirmó la profecía de
Daniel acerca de los últimos tiempos (Daniel 9:27; 11:31): “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de
que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)”.
En otras ocasiones Jesús nos hablo del diluvio, de Noé, de
Sodoma y Gomorra, y otros muchos pasajes del Antiguo Testamento, confirmando
así el canon de las Escrituras.
En Marcos 7:10-13 Jesús interpretó a la ley y a Moisés: “Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu
madre (Éxodo 20:12 y Deuteronomio 5:16);
y: El que maldiga al padre o a la madre muera irremisiblemente (Éxodo 21:17
y Levítico 20:9). Pero vosotros decís:
Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi
ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer mas
por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra
tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a
estas.”
En
Marcos 12:36 Jesús citó el Salmo 110:1 afirmando que David habló inspirado por
el Espíritu Santo: “Porque el mismo David
dijo por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,
hasta que ponga a mis enemigos por estrado de tus pies.”
En la tentación Jesús dijo tres veces “está escrito.”
Como vemos, Jesús consideró siempre el canon hebreo como inspirado por el Espíritu Santo.
Como Se Determinaba Si Un Libro Era Canónico
Básicamente
se usaban cinco direcciones principales para determinar si un libro era
canónico ó escritural.
- Si es autoritario: ¿Vino de la mano de Dios?
¿Vino el libro con un divino “así ha dicho el Señor”?
- Si es profético: ¿Fue escrito por un hombre
de Dios?
- Si es auténtico: Los Padres Apostólicos
tenían la actitud de “si existe alguna duda hay que botarlo.” Esto
realzaba la “validez del discernimiento acerca de los libros canónicos.”
- Si es dinámico: ¿Viene con por poder
transformador de vidas de Dios?
- Si ha sido recibido,
recibido, coleccionado y usado: ¿Ha sido aceptado por el pueblo de Dios?
En Segunda de Pedro 3:15–16, el apóstol reconoce la obra
de Pablo como Escritura paralela al Antiguo Testamento: “Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación;
como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido
dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas
cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los
indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su
propia perdición.”
El Reconocimiento del Canon de las Escrituras
El Antiguo Testamento fue completado alrededor del 400
A.C.; la tradición judía nos dice que fue establecido por Esdras. El lo
catalogó posiblemente el 475 A.C., faltando solamente Nehemías y Malaquías que
fueron escritos poco después; algunos
piensan que fue hecho en el 200 A.C.
El canon del Nuevo Testamento fue estableciéndose poco a
poco en el cristianismo durante los primeros dos siglos de la era cristiana.
Desde el principio fueron reconocidos y aceptados como
canónicos por todas las iglesias los cuatro Evangelios, el libro de los Hechos
de los Apóstoles, trece epístolas de Pablo, 1 de Pedro y Primera de Juan.
Hebreos, Santiago, 2 de Pedro, 2 y 3 de Juan, Judas y
Apocalipsis, no eran reconocidos por algunas iglesias.
Luego de una investigación minuciosa fueron aceptados estos
siete libros por todas las iglesias.
Posteriormente los 27 libros del Nuevo Testamento fueron
ratificados en el concilio de Cartago en el año 397 D.C.
Este fue un canon cerrado, eso significaba que no se esperaba colocar ninguna nueva
revelación en nuestra Biblia.
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