jueves, 25 de mayo de 2023

La Confesión de Fe y la Confesión para Fe


¿Sabías que existe una confesión de fe y una confesión para fe?

Aquí te explico.

Empecemos con la confesión para fe.

En Segunda de Pedro 1 3 4 dice: “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”

Debemos conocer las cosas que Dios ha provisto para nosotros, para poder desatar nuestra fe para recibirlas.

Debemos entender como recibir fe, para poder usarla.

Hemos visto, en otros videos, que en Romanos 10:17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” 

La fe viene cuando uno está oyendo de manera continua la Palabra de Dios.

Una cosa que debemos entender es la Confesión de Fe y Confesión Para Fe

Vayamos a Romanos 10 del 8 al 10, donde dice: “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”
La confesión de fe es la que se hace cuando ya tenemos la fe para recibir; pero la confesión para fe, es la que hacemos para recibir fe, antes que la tengamos.

En Josué 1 8 Dios le dijo a Josué: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.

La Palabra de Dios tenía que estar en su boca para hacer prosperar su camino y que todo le salga bien.

Eso es lo que debemos hacer nosotros, la Palabra de Dios continuamente en nuestra boca, eso traerá fe a nuestro corazón, y haremos con toda confianza la confesión de fe, con la plena seguridad que es nuestro lo que queremos recibir de Dios.

Les voy a contar una experiencia personal de algo que me pasó hace años y que es un ejemplo de esto:
En 1987 me fracturé la rodilla jugando fútbol. Cuando llegué a mi casa me pasé tres días confesando mi sanidad; estuve citando todos los versos de sanidad divina que conocía, desde Génesis hasta Apocalipsis. Pero la fe no llegó a mí, en ese momento.

Es más, debido al dolor, y a que la rodilla había crecido al doble de su tamaño normal, me fui al hospital.

Eso es la confesión para fe, estas hablando la Palabra antes de que llegue la fe.

El doctor me dijo que se me había derramado el líquido sinovial; y que tenía que estar dos semanas enyesado y luego un tiempo indefinido con una venda elástica, hasta que se cure la rodilla.  

Llegué a mi casa y seguí confesando la Palabra de Dios, hasta que en un momento la fe se produjo en mi corazón; y empecé a decir plenamente seguro que estaba sano por las llagas de Jesús.

Al tercer día que tenía el yeso, mientras escuchaba una enseñanza, el Espíritu Santo me dijo: “Si tú dices que estás sano que haces con un yeso.” Así que el día siguiente me quite el yeso, estaba completamente sanado, hasta hoy no he tenido problemas con la rodilla.

Ese hablar plenamente seguro es la confesión de fe. Decir claramente que ya es tuyo aquello que Dios ha prometido en Su Palabra.

Esa confianza llegará a tu vida, porque has estado depositando la Palabra de Dios en tu confesión para fe.
La fe llega a tu vida cuando tu oyes una y otra vez la Palabra de Dios, y que mejor manera que oírja una y otra vez saliendo de tu boca.

Así que te animo que estés hablando la Palabra de Dios para que la fe crezca en tu corazón y recibas lo que anhela tu corazón.

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