jueves, 20 de julio de 2017

Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 15

En este capítulo Kenyon nos muestra como es que debido a que tenemos la justicia de Dios en nosotros podemos caminar como Jesús anduvo, en amor.


LA IGLESIA; SU CUERPO POSEYENDO LA JUSTICIA

Efesios 1:4 dice: "Así como nos escogió en él ante la fundación del mundo, para que pudiéramos ser santos y sin fallas ante Él, en amor, nos predestinó para tener la posición de hijos" (traducción literal).

Esta es la declaración de Dios que, en esta vida presente, Él planeó que seamos santos y sin fallas ante Él. Esto no es después de morir, sino hoy.

Esta santidad y belleza de la vida es de gracia, no es de nosotros mismos. Lo único que hacemos es recibirla, aceptarla con alegría.

Efesios 5:25 hablando de Cristo y de la Iglesia y usando el matrimonio como una ilustración dice: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”

Él no habla de que la Iglesia será vencedora después de ir al cielo, sino que es vencedora ahora. No será santificada después de ir al cielo, sino ahora.

La Palabra es lo que trae conocimiento. La ignorancia de la Iglesia sobre la Biblia es asombrosa. Es por la predicación textual. La exposición de la Palabra hace hombres espirituales. Ella los hace tan hambrientos de la Palabra que estudian la Palabra por su cuenta.

Esta Iglesia "sin mancha o arruga" es la Iglesia que fue purificada por la Palabra de Dios. No es purificada sólo por la oración sino por la Palabra. Es el Espíritu que usa la Palabra para construir la vida de Cristo en nosotros.

Colosenses 1:21-22, nos da otra figura de la Iglesia.

"Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él."

Esta es una hermosa figura del cuerpo recreado; reconciliado, santo, sin falla, sin reprobación, permaneciendo ante el Padre, no sólo vestido de la Justicia de Cristo, sino siendo realmente participantes de Su Justicia. Esta es una foto de nuestra presente caminata en Cristo.

Efesios 4:23-24 dice: "Y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

La justicia es naturaleza del Dios Padre. Somos participantes de esa justicia; la naturaleza de Dios.

Debemos debemos conducirnos como el nuevo hombre en nuestra vida diaria. No hablar más como el viejo hombre. El viejo hombre vivió en el fracaso, el egoísmo, la codicia, el miedo. El nuevo hombre vive en la plenitud del amor. Él es como Cristo, dominado por el cielo y el dulce Espíritu celeste.

La vieja creación y la nueva están tan separadas como Dios y Satanás.

Hebreos 13:20-21 dice: "Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”

El propósito del Cristo resucitado es "hacernos perfectos en toda buena obra para hacer Su voluntad."

Su trabajo es operar en nosotros Su agradable voluntad, haciéndonos bellos en la visión del Padre.

Filipenses 1:6 nos da un paso más adelante.

"Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo".

Él comenzó su obra. Él comenzó en el nuevo nacimiento. Ahora Él está tomando las cosas de Jesús y edificándolas en nosotros.

La gran vida de Cristo se construye en nosotros. Esto es hecho por nuestra vivencia en la Palabra y la Palabra dominando diariamente nuestro caminar.

La naturaleza del amor debe ganar prominencia en nosotros hasta que nuestras palabras empapadas en amor, hasta que todo nuestro espíritu esté en una solución como si fuera la naturaleza del amor del Padre.

Filipenses 2:13 se convierte en una realidad gloriosa.

"Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad".

Es Dios mismo reproduciéndose en nosotros. Debemos vivir caminar y hablar de amor.

1 Pedro 5:10 tiene otro dulce mensaje para nuestro corazón.

"Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca".

Tú puedes estar en lugares difíciles. Puedes estar sufriendo. Puede que no haya mucha felicidad para ti en esta vida, pero puede haber alegría.

La felicidad viene de nuestro alrededor, el gozo viene de nuestro corazón recreado.

Lo tenemos en nuestros corazones. Él nos fortalecerá, nos estabilizará hasta que nuestras vidas se conviertan en la vida de Jesús.

Efesios 5:1-2 dice: "Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados (O HIJOS DEL AMOR)”.

¿Qué haríamos si imitáramos a Dios?

Nos amaríamos.

"Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros."

Debemos entregarnos como un olor, una dulce fragancia de regalo de amor al mundo. Ellos pueden criticar y odiarnos, pero nosotros los amamos.

Andamos en amor hacia Él. Hasta que nos amemos como Él nos ama, no lo representamos.

Él nunca respondió. Él nunca dijo cosas que no fueran buenas. Él nunca criticó. Él nunca hizo chismes. Él habló palabras amorosas. Él ayudó a hombres y mujeres. Él dijo cosas bonitas.

Este caminar en amor es la cosa más bonita del mundo. Dios es Amor. Somos nacidos del amor. El amor es la regla y la ley de nuestras vidas. El amor es la fuerza de nuestra vida. El amor es la cosa más bella de nuestra vida.

Andamos como Él anduvo. Esta es la justicia de Dios en nosotros. Es una realidad de nuestra vida en Cristo.

En 1 Juan 4:17 dice: "En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.”

En 1 Juan 4:18 dice: "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor."

No hay temor en el amor, vivimos en el amor. Hemos llegado a creer en el amor. Sabemos que Él es amor. Sabemos que estamos permaneciendo en el amor. Sabemos que el amor permanece en nosotros. Este es el secreto de la fe.

Esta Revelación a Pablo y Juan es una serie de imágenes de nosotros que nuestro Padre ha puesto en su álbum.


Nos encontramos completos en él.

En Colosenses 2:9-10 dice: "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad."

Así es como nos presentamos a nuestro Padre. Así es como el amor nos ve, tal como lo vio. Nos ve como Nuevas Creaciones de Amor, gobernadas por el amor, viviendo en el amor, y dejando que el amor viva en nosotros. 

Todo esto es posible. Todo esto es nuestro.


Traducido del libro "Dos Clases de Justicia" de E. W. Kenyon
Puedes leer los capítulos anteriores siguiendo estos enlaces:

Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 1
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 2
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 3
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 4
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 5
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 6
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 7
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 8
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 9
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 10
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 11
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 12
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 13
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 14

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