sábado, 3 de enero de 2015

La Gran Sorpresa de Pablo


Gálatas 1:6-9 (Biblia Expandida de Fe)
6 Hermanos, me ha llenado de asombro (maravillado, admirado, sorprendido) el saber lo pronto [y rápido] que se han apartado (han cambiado su manera de pensar y han desertado) de Dios, quien por la gracia (el favor y la buena voluntad) de Cristo (el Ungido) los llamó a la vida eterna. Ustedes han optado por [unirse, pasarse y] seguir un "evangelio diferente" [y diametralmente opuesto],
7 No es que haya otro evangelio, sino que ciertas personas están sembrando confusión [y alterando sus mentes] entre ustedes y quieren pervertir (tergiversar, trastornar, distorsionar) el evangelio de Cristo (el Ungido).
8 Pero aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo les anunciara (predicara) un evangelio distinto [y que va más allá] del que les hemos anunciado, ¡sea anatema (este bajo maldición, sea separado y consagrado para la destrucción, sea condenado para el castigo eterno)1!

9 Como ya lo hemos dicho,  ahora lo repito: si alguien les anda anunciando (predicando) un evangelio distinto [y que va más allá] del que recibieron y apropiaron [tan ardiente y hospitalariamente en sus corazones], ¡sea anatema (este bajo maldición, sea separado y consagrado para la destrucción, sea condenado para el castigo eterno)!

Pablo se quedó sorprendido al enterarse que los creyentes de Galacia habían ido tras un evangelio diferente al que habían recibido.

Como veremos en próximas entradas, los gálatas habían cambiado el evangelio de Jesucristo por el evangelio judaizante. Había cambiado a Jesús por la ley de Moisés.

No existe otro evangelio aparte que el de Jesucristo, no hay otro nombre por el cual podemos ser salvos.

Hechos 4:12
12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Pero los gálatas se habían ido tras otro nombre, el nombre de Moisés, trataban de justificarse por medio de la ley.

Era un cambio muy sutil, había que añadirle algo a la obra de Cristo, debían circuncidarse y guardar toda la ley de Moisés.

Pero el evangelio no tiene añadidos, el evangelio no tiene cambios, todo cambio por más insignificante que sea lo convierte en un evangelio diferente.

Es interesante lo que dice que si aún un ángel del cielo trae un evangelio diferente, tal como sucedió en el Siglo XIX, cuando Joseph Smith recibió al angel Moroni, quien le dio el Libro del Mormón; un evangelio diferente.

Los mesiánicos actuales, con sus raíces judías y sus doctrinas judaizantes, también nos traen un evangelio diferente.

Todo lo que cambie la obra de Cristo en la cruz, añadiéndole algo, se convierte en un evangelio diferente.

Y Pablo es bien duro y directo con las personas que anuncian un evangelio diferente; los llama anatemas.

Anatema es una palabra antigua que significa: "Estar bajo maldición, ser separado y consagrado para la destrucción, ser condenado para el castigo eterno."

No nos dejemos seducir por las nuevas y extrañas doctrinas que van apareciendo de día en día, y establezcámonos en el evangelio de Jesucristo que hemos creído.

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