domingo, 8 de noviembre de 2020

E. W. Kenyon - Curso Avanzado de la Biblia - 38 - EJERCITÁNDONOS EN LA PALABRA

 

Lección 38

EJERCITÁNDONOS EN LA PALABRA

GASTAMOS UNA GRAN CANTIDAD DE DINERO en la construcción de gimnasios y en el entrenamiento de nuestra adolescencia y juventud con ejercicios físicos. Nuestras escuelas y colegios e instituciones técnicas son para el ejercicio de la mente. Lo poco que sabemos es sobre el ejercicio de nuestros espíritus. La iglesia nunca se ha dado cuenta de que el espíritu del hombre es la fuente de la fe. Que la fe no es producto del conocimiento sensitivo engendrado de la razón.

Cono vez, todo el conocimiento que tenemos nos ha llegado a través de los sentidos. No hay nada creativo en los sentidos. Los sentidos simplemente reciben hechos físicos y los transmiten a signos mentales. Ninguna escuela de pensamiento ha reconocido nunca que el hombre es un espíritu, y que la fuente de toda habilidad creativa está en su espíritu. Ahora sabemos que ninguna de las personas se convirtió en inventores o creadores, grandes científicos o grandes músicos hasta que esa nación hubiera recibido la Vida Eterna, la Naturaleza de Dios.

Esa naturaleza de Dios no entra en las facultades de razonamiento del hombre. Llega al espíritu del hombre. Entonces, el espíritu del hombre es la fuente de la capacidad creativa e inventiva de todo hombre.

Debemos aprender a cultivar este espíritu humano recreado. Los espiritistas y los médiums han cultivado el espíritu humano no recreado y se lo han entregado al diablo para ser educados, y realizan cosas prodigiosas y milagrosas.

Las sesiones son espirituales, pero nunca son el producto del espíritu humano recreado. Son el producto de un espíritu humano poseído y controlado por demonios. El espíritu humano recreado contacta la Capacidad Divina y sus recursos. No es sólo la fuente de energía creativa y capacidad, sino la fuente de la fe. Qué poco hemos apreciado el hecho de que la Fe que Jesús ejerció y que la iglesia ha demostrado a través de los siglos, es el producto del espíritu humano recreado.

Verás, Dios es un Dios de Fe y Él imparte Su Naturaleza de Fe al hombre en la Nueva Creación. Si el hombre sólo pudiera aprender a desarrollar su espíritu recreado, desarrollaría su capacidad y habilidad de fe. Mira, la fe ha dado a luz todos los grandes logros del hombre. Los grandes logros de nuestro hombre moderno son el producto de la Vida Eterna en el espíritu del hombre. Una de las cosas asombrosas es que los hijos de los hombres y las mujeres que han recibido la Vida Eterna llevan consigo como don prenatal la capacidad Divina, la capacidad latente, la capacidad creadora de Dios. Los hijos de clérigos y de destacados cristianos han sido los grandes líderes de todas las grandes fuerzas morales, intelectuales y espirituales de nuestra nación.

Pero el espíritu humano recreado no sólo produce la capacidad creativa y la fe, sino que es la fuente del amor. "El Amor fue derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo". Es la fuente de la cual brota este nuevo tipo de Amor. Hemos aprendido que el hombre natural en el estado pagano, donde no ha entrado en contacto con el cristianismo, no tiene amor. Él tiene atracción sexual, y tiene el mismo cuidado por sus hijos que los animales salvajes tienen por su descendencia hasta que puedan cuidar de sí mismos, pero no ama. No tiene sentido de la relación. Recuerda que David no crio a sus propios hijos. Fueron puestos entre los líderes de Israel.

La Vida Eterna ha sido dada al hombre. Con ella viene un nuevo tipo de Amor, y ese nuevo tipo de Amor ha afectado a sus hijos. Difícilmente hay una familia de personas recreadas que no hayan tenido en su árbol genealógico hombres y mujeres que hayan recibido la Vida Eterna. La corte moderna de divorcio revela el egoísmo absoluto del hombre natural. Hay otra cosa. Ese espíritu recreado da nacimiento a la fe, a la energía creativa y al Amor. Es la fuente de la cual viene toda sabiduría. La sabiduría no es el producto del conocimiento sensorial.

El conocimiento sensorial puede reunir y obtener bastante de la experiencia y de lo que llamamos sabiduría natural, pero la sabiduría que viene de arriba, la sabiduría que Jesús fue hecho para ser para ustedes (Dios lo hizo sabiduría para nosotros, esa nueva clase de sabiduría) es la que viene del corazón humano. Durante mucho tiempo he estado convencido de que si un creyente cultivara la habilidad creativa y la capacidad de sabiduría de su espíritu, sería la personalidad más destacada de su comunidad. Cómo deberíamos aprender a ejercitarnos a lo largo de esta línea. Así como nos hemos ejercitado físicamente para edificar músculos, como hemos hecho mentalmente para edificar la memoria y almacenar nuestras mentes con hechos y datos, así también ahora debemos edificar nuestra vida de amor, edificar nuestra vida de sabiduría, edificar nuestra energía creativa.

¿Cómo? Alimentándonos de la Palabra de Dios. La palabra es la sabiduría de Dios, la capacidad de Dios, la misma Vida de Dios. Al alimentarme de ella, cultivo, fortalezco y edifico mi espíritu. Edifico la fe en mí. Edifico la capacidad de Dios en mí. Edifico en mí todo lo atractivo que he visto en la vida de Jesús. Comprometerme a memorizar la Palabra no lo hace; aprender la historia de los libros de la Biblia no lo hace; aprender el hebreo y las palabras griegas no lo hará. Sólo una cosa hará: el hacer la Palabra, practicarla, vivirla en mi vida cotidiana, confiar en ella, actuar en ella.

Ése es nuestro secreto. 1 Timoteo 4:6-8: "Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.” Observa que nosotros debemos alimentarnos en la Palabra. Debemos alimentarnos. Debemos cultivarnos a nosotros mismos. Debemos beber la leche pura de la Palabra (1 Pedro 2:2-3) hasta que nuestro espíritu gobierne nuestras facultades de pensamiento. Luego, a su vez, gobernarán los sentidos. Pero nota el versículo siguiente: "Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad". Este es un ejercicio en la Palabra. Tú te entregas a la Palabra.

Hebreos 4:12 (Traducción de Moffatt) dice: "Porque el Logos de Dios es una cosa viviente, y activa y más cortante que cualquier espada de dos filos, que penetre hasta la división del hombre triple: cuerpo, alma, Y espíritu”. Esta Palabra viva es rápida para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón. Medita en eso. Verás cómo la Palabra se revela en nuestros espíritus, nuestras facultades de pensamiento y nuestro cuerpo, mostrando la relación, una a la otra. Esa Palabra viviente es lo que debe dirigir nuestro pensamiento, nuestras meditaciones. El Salmo 19:14 dice: "Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío."

El hombre que controla su meditación controlará su conducta y controlará su discurso. Cuando aprendemos el secreto de meditar en la Palabra, cediendo nuestras mentes a la Palabra, entonces el Salmo 104:34 se convierte en una realidad. Nuestra meditación le será dulce, y nos alegraremos en Jehová. Nuestros espíritus pueden ser tan desarrollados, tan fortalecidos, que nos convertiremos en mentalizados con Dios. Por la mañana, nuestras mentes inconscientemente irá a Él por guía y sabiduría para el día. Nos hemos ejercitado en la Palabra hasta que todo nuestro ser está saturado de ella.

Hebreos 5:12-14 debe ser cuidadosamente estudiado. Ninguno de nosotros ha pasado más allá: "Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido." La mayoría de los creyentes son buscadores de fe. Desconfían de su propia fe. Están buscando a alguien que pueda orar por ellos la oración de fe. Son como los que Pablo habla en Timoteo, aprendiendo siempre pero nunca llegando (2 Timoteo 3:7). Nunca han alcanzado el lugar donde sus espíritus estén quietos y tranquilos. Están teniendo un combate continuo con el adversario.

Uno de ellos me dijo: "Yo he tenido este combate con el adversario durante treinta años. No conocía a Colosenses 2:15: Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.’" ¿Qué significa esto? Es el combate de Jesús con el adversario por nosotros antes de resucitar de entre los muertos. Él fue nuestro sustituto, y su combate con el adversario fue nuestro combate. Él derrotó a Satanás, lo despojó de su autoridad antes de que Él resucitase de entre los muertos. Esta victoria se hace nuestra cuando recordamos que el adversario que nos está combatiendo fue vencido, que es nuestro objeto en lugar de nuestro amo. Entonces debemos decir: "En el Nombre de Jesús, demonio, fuera", y él debe irse.

Hebreos 2:14 dice: "Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo". Observa esto: Satanás fue derrotado, conquistado, despojado de su autoridad; u ustedes, por su unión con Cristo, habéis llegado a ser amos del diablo. Ejercítate en la Palabra, ahora, hasta que se convierta en una realidad en ti. La Traducción de Moffatt de 1 Corintios 2:6 dice: "Sin embargo, nosotros hablamos sabiduría, entre los que están completamente crecidos, no con una sabiduría de este siglo ni de los gobernantes destronados de este siglo". ¿Quiénes son los gobernantes destronados? Son demonios y hombres gobernados por demonios.

Jesús nos dio el derecho legal del uso de Su Nombre en Juan 14:13-14: "Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré".

La palabra "pedir" puede traducirse como "demandar". Es Su promesa para usar Su Nombre en el trato con los demonios y la enfermedad tal como Pedro lo usó en Hechos 3: 6, cuando dijo al hombre en la Puerta Hermosa: "En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate." Pablo también lo usó en Hechos 16:18: "Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora". Cuando uno se ejercita en la Palabra hasta que esta Palabra se convierte en una realidad para él, instantáneamente se convertirá en amo de los demonios. Recuerda en una hora de crisis que Satanás ha sido derrotado y que Jesús nos dio el poder legal para usar Su Nombre. En Marcos 16:17-18, Él dijo: "En mi Nombre echarán fuera demonios". Si puedes echar fuera a un demonio, puedes echar fuera a cualquier demonio. Si puedes curar una enfermedad en el Nombre, puedes sanar cualquier enfermedad; porque dijo: "Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán". Ves, puedes llegar a ser tan fuerte en la Palabra que dominarás las circunstancias a tu alrededor. Tú entiendes que la fe no es producto de evidencias de los sentidos, sino que la fe es algo que surge de tu espíritu que ha caminado en la Palabra, vivido en la Palabra, y en la cual la Palabra ha vivido y dominado, hasta que llegas a ser completamente uno con la palabra. Recuerda que Jesús dijo: "Yo soy la vid, vosotros sois las ramas". Hay una unidad entre ustedes y Jesús porque ustedes son una rama de la vid. Lo mismo ocurre con la Palabra. Llega una absoluta unidad entre ustedes y la Palabra. La Palabra permanece en ti.

Mira, esto no es algo intelectual. Es una cosa espiritual. "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que queráis y os será hecho" (Juan 15:7). Si eres hijo de Dios, permaneces en él. Si esa Palabra ha encontrado su lugar en tu vida, gobernándote, enseñándote y amonestándote en cada fase de tu caminar, entonces permanece en ti y vives en la Palabra. Así como caminas en Amor, vives Amor, respiras Amor, ahora caminas en la autoridad consciente y en la habilidad de esa Palabra en su vida. Mira, es la Palabra viva en sus labios la que sana a los enfermos, la que salva a los hombres perdidos, la que pone el coraje y la fuerza en el de corazón débil.

Es tu conciencia de la autoridad de esa Palabra en sus labios. Te dices a ti mismo: "La Palabra de Dios en mis labios es tan eficaz como en los labios de Pedro o de Juan, porque es la Palabra de mi Padre la que estoy usando". Hebreos 5:12-14 dice: "Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño". Ese es la que nunca come nada más que los primeros principios de su redención. Es decir, dicen: "Sí, he sido salvo y santificado, he recibido el Espíritu Santo, y he hecho esto y lo otro". Pero no han crecido. Lo dicen como un loro repite palabras que ha oído.

Pero el creyente adulto no sólo ha recibido la Vida Eterna, sino que ha continuado en el estudio de la Palabra y en la práctica de la Palabra. Él ha tenido experiencia en la Palabra que enseña acerca de su justicia. Como sabes, justicia significa la capacidad de estar en la presencia del Padre sin el sentimiento de culpabilidad o de inferioridad. No le tienes miedo de Satanás. No le tienes miedo a la enfermedad. No le tiene miedo de la falta de dinero. Son intrépidos, porque han experimentado la realidad de la Palabra viviente en la propia vida de su corazón.

Fíjate, "pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal." Se han ejercitado en la palabra, y no en sus sentidos, hasta que se han convertido en amos absolutos en su camino espiritual. Recuerda 2 Corintios 9:10: "Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia".

El sentido de culpabilidad e inferioridad nos roba el llevar fruto. Cuando reconocemos la integridad de la Palabra y entramos en nuestra herencia de justicia, nos convertimos en portadores de fruto. Filipenses 1:20 nos da una hermosa ilustración: "Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte". Pablo quería que Cristo fuese magnificado en su cuerpo a través de las cosas que hizo y dijo. Él quería que Jesús fuera magnificado, hecho atractivo, para que los hombres lo quisieran. Esto sólo puede venir mientras nos ejercitamos en la Palabra.

 

Preguntas

1. ¿Cuál es la fuente de la habilidad creativa del hombre?

2. Explica cómo se cultiva el espíritu humano recreado.

3. Explica completamente los frutos del espíritu recreado.

4. Explica 1 Timoteo 4: 6-8.

5. ¿Por qué es que muchos cristianos son "buscadores de fe"?

6. Da la escritura, y di porqué el creyente no necesita luchar contra el adversario.

7. ¿Quiénes son los gobernantes destronados?

8. ¿Qué autoridad ejerce el hijo de Dios sobre los gobernantes destronados?

9. ¿Qué significa "experiencia en la palabra de justicia"?

10. Explica Filipenses 1:20.


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