Lección 8
El don de fe
es una dotación sobrenatural por el Espíritu por la cual aquello que es
expresado o deseado por el hombre, o dicho por Dios, llegará definitivamente a
suceder. La emisión humana o divina o
milagro, seguridad, maldición o bendición, creación o destrucción, eliminación
o alteración, llegarán a suceder al fin, cuando han sido proclamados por este
don de fe.
El hacer milagros
es mas una acción, y el don de fe es mas un proceso. El don de hacer milagros obra un milagro, mientras que el don de fe recibe un milagro. Esto es
porque el hacer milagros emplea la fe que activamente obra un milagro, pero el don de fe emplea fe que pasivamente espera un milagro como un continuo y
sostenido milagro. También, cuando el
don de fe está en operación, el milagro por el que se cree puede que no se
manifieste inmediatamente. Puede que se
manifieste después de un largo período de tiempo.
El Don de Fe Para Bendiciones
Sobrenaturales
El don de fe
fue usado por los patriarcas de la antigüedad para dar bendiciones
sobrenaturales o el cumplimiento de declaraciones humanas. Cuando estos patriarcas estaban a punto de
morirse, imponían las manos sobre sus hijos y ordenaban bendiciones sobre
ellos. A menudo estas bendiciones no
llegaban a suceder hasta muchos años después.
Vemos estos en las vidas de Abraham, Isaac y José. Estos patriarcas creyeron que sus
declaraciones llegarían a suceder a la hora señalada en el futuro. Esto era el don de fe en operación.
El Don de Fe Para la Protección Personal
DANIEL
6: 16,17,19-23
16 Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.
17 Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase.
19 El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones.
20 Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel, con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, ¿el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, te ha podido librar de los leones?
21 Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre.
22 Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.
23 Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.
Daniel
recibió un milagro mientras estaba en el foso de los leones. En aquellos tiempos, y a través de la
historia, muchos otros habían sido echados a los leones, y fueron muertos ¿Por qué no dañaron a Daniel esos leones?
La Biblia dice que Daniel
"creyó en su Dios." No hay
duda de que Dios le dio a Daniel una fe especial - una manifestación especial -
para recibir liberación. Daniel no hizo
nada: El simplemente se acostó y se durmió.
Note que la fe de Daniel era pasiva y no activa, pero él recibió un
milagro. Esto era el don de fe en
operación.
De la misma
manera, Jesús ejercitó el don de fe delante de gran peligro. Durante una tormenta rugiente Jesús durmió en
una almohada en la parte trasera de la barca.
Esto era el don de fe en operación el cual pasivamente espera un
milagro.
Alguien
podría argumentar, "Sí, pero ese era Jesús. EL era el Hijo de Dios."
El Espíritu
Santo vino sobre Jesús y le ungió cuando fue bautizado por Juan en el Río
Jordán. Jesús era tan Hijo de Dios antes
de que el Espíritu Santo descendiera sobre EL como después. Sin embargo la Biblia nos dice que EL
nunca había hecho ningún milagro antes de Su bautismo (Juan 2:11). Después, Jesús ministró como cualquier hombre
ungido por el Espíritu Santo ministraría.
Si Jesús
hubiese hecho milagros por un poder INHERENTE dentro de Sí mismo [como] el Hijo
de Dios, ¡entonces EL no nos podría haber dicho que nosotros haríamos las obras
que EL hizo! Mas Jesús claramente dijo, "De cierto, de cierto os digo: El que
en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también“ (Juan 14:12). Sin embargo,
si Jesús hizo estas obras como un hombre ungido por el Espíritu Santo, ¡entonces
ciertamente los creyentes pueden hacer lo mismo
bajo la inspiración y la unción del Espíritu Santo!
Mientras la
tormenta soplaba sobre la mar, Jesús dormía.
A EL no le molestaba la tormenta.
Mientras leones hambrientos andaban alrededor de Daniel, él se acostó y
durmió enfrente de aquel peligro. A
través de la Biblia ,
vemos casos donde el don de fe obró para individuos enfrentados a grandes
peligros. Ellos poseían una tranquilidad
que era sobrenatural; y por esa fe sobrenatural recibieron un milagro.
El Don de Fe Para el
Sustento Sobrenatural
1
REYES 17: 2-6
2 Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:
3 Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.
4 Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.
5 Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán.
6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
Aquí vemos
una ocasión donde el don de fe fue usado para el sustento sobrenatural en
tiempo de hambruna. La fe de Elías tenía
que haber sido dada sobrenaturalmente por Dios, ya que era mas allá del
razonamiento humano el esperar que cuervos alimentaran a un hombre. Sin embargo, los cuervos trajeron alimentos a
Elías por la mañana y por la tarde. Y
por esa fe sobrenatural, Elías recibió pasivamente un milagro.
El Don de Fe Para la
Resurrección de los Muertos
Como hemos
mencionado anteriormente, los dones del Espíritu a menudo operan unidos. En el caso de la resurrección de los muertos,
tres dones operan juntamente - el don de fe, el hacer milagros, y los dones de
sanidades. Esta es una razón por la cual
no vemos a mucha gente resucitar de los muertos. Algunos cristianos pueden tener uno o más de
esos dones en operación en sus vidas, pero no muchos los tienen todos en
operación.
Primero que
nada, en la resurrección de los muertos se necesita una fe sobrenatural - el
don de fe - para llamar de vuelta al espíritu de la persona cuando ha salido
del cuerpo. Se requiere el hacer
milagros para resucitar a la persona, y los dones de sanidades; de otro modo,
si la persona no es sanada, se moriría inmediatamente otra vez. Por lo tanto, los tres dones de poder se encuentran en manifestación cuando alguien
es resucitado de los muertos.
De acuerdo
con Albert Hibbert, unas catorce personas fueron resucitadas de los muertos
durante el ministerio de Smith Wigglesworth.
El primer
caso ocurrió mientras Wigglesworth aun estaba trabajando como plomero. (El ya había recibido el bautismo del
Espíritu Santo entonces, pero aun no había entrado en el ministerio activo.)
Una noche
fue llamado a la casa de una joven mujer que se estaba muriendo de
tuberculosis. Wigglesworth empezó a orar por ella a la 1 en punto. A las 3:30 de la madrugada se murió.
"Fue
una ocasión en la que yo no iba a recibir un 'no,' y Dios dijo 'si,'"
recordó Wigglesworth. La cara de Jesús apareció en la ventana de la habitación
donde Wigglesworth estaba orando. El
color volvió a la cara de la muchacha.
Ella se dio la vuelta, se durmió, y más tarde se despertó totalmente
curada.
Otro caso
tuvo que ver con un vecino que se había muerto justamente antes de que
Wigglesworth llegara a la casa de este hombre.
La señora Wigglesworth ya estaba allí.
Al empezar Wigglesworth a orar por el hombre muerto, la señora
Wigglesworth sacudió a su marido, suplicando, "¡No, Papá! ¿No ves que está muerto?" Pero Wigglesworth continuó orando.
"Llegué
tan lejos como pude con mi propia fe. . ." dijo Wigglesworth, "y
luego Dios se agarró de mí. Oh, fue de tal manera que se agarró de mí que podía
creer por cualquier cosa. La fe del Señor Jesús se asió de mí y una paz sólida
vino a mi corazón." ¡El hombre volvió a vivir!
Un tercer
caso que Wigglesworth contó, fue el de una mujer que se murió inmediatamente
después de que Wigglesworth y otro hombre oraran por ella. "Podrías pensar que lo que hice fue
absurdo," dijo Wigglesworth, "pero me acerqué a la cama y la saqué de
ella. La cargué al otro lado de la habitación, la puse en pie en contra de la
pared y la sostuve".
Wigglesworth
ordenó al cadáver, "¡En el Nombre de Jesús, reprendo esta
muerte!" El cuerpo de la mujer
empezó a temblar. "¡En el Nombre de Jesús, te mando que andes!" dijo
él y la mujer anduvo. ¡Ella fue restaurada a la vida!
Esto está
por encima de la fe ordinaria de cualquiera.
Con la fe ordinaria podríamos sacar a una persona muerta de la cama como
Wigglesworth hizo, y decirle al cadáver que camine. Pero con la fe ordinaria no creo que el
cadáver fuera a caminar. Se requiere una
manifestación sobrenatural del poder de Dios para recibir un milagro como este.
Muchas veces
si tomamos un paso de fe - fe ordinaria - la fe que todo creyente tiene, cuando
llegamos al final de nuestra propia fe, esta fe sobrenatural tomará posesión.
La razón por la que esto no le ha sucedido a mucha gente es porque no han
usado la fe que ya tienen.
El Don de Fe Para
Echar Fuera a Espíritus Inmundos
El don de fe
puede ser usado en ocasiones, para echar fuera espíritus inmundos de aquellos
cuyos cuerpos han sido corrompidos por ellos.
Aquí también, más de un don debe estar en operación. El don de
discernimiento de espíritus y/o la palabra de conocimientos serán manifestados
además del don de fe. Si uno no
discierne o "ve" al espíritu, a menudo el espíritu es revelado a
través de la palabra de conocimiento.
Pero el don de fe aún debe ser ejercitado para echar fuera el espíritu
inmundo. Desde luego, sabemos por Marcos
16:17 que la fe general también es eficaz para echar fuera espíritus inmundos.
El Don de Fe Para Ministrar el Espíritu
Santo
GALATAS
3:5
5 ¿Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?
Este don de
fe se pone en acción al imponer las manos para que la gente sea llena del
Espíritu Santo.
Cualquier
creyente puede imponer las manos sobre la gente en fe general, y apropiarse de las promesas de Dios y creer en Dios.
Pero hay una diferencia entre el creer en Dios con la fe general y apropiarse
de Sus promesas, y aquella manifestación
sobrenatural que es transmitida de un individuo a otro a través del don de
fe especial.
Ahora bien,
es posible, en la fe general, el imponer las manos en una persona para sanidad
o para cualquier otra bendición; y aunque nada se manifieste visiblemente si es recibida, es con todo
una demostración del poder de Dios.
Sin embargo,
si una persona impone las manos sobre otra y se ministra a través de ellos
sanidad, o la llenura del Espíritu Santo por una manifestación sobrenatural, entonces eso es el don de fe especial
en operación.
Así que Dios
obra de ambos modos. Por nuestra fe
general apropiándose de las promesas de Dios y recibiendo Su poder así; y, por
otra parte, por una manifestación sobrenatural de Dios ministrada de una
persona a otra - lo cual es el don de fe en operación.
Texto Para Memorizar:
"Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría;. . . a otro, fe por el mismo espíritu. . ." (1 Corintios 12:8,9).
16 Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.
17 Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase.
19 El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones.
20 Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel, con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, ¿el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, te ha podido librar de los leones?
21 Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre.
22 Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.
23 Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.
2 Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:
3 Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.
4 Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.
5 Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán.
6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
5 ¿Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?
"Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría;. . . a otro, fe por el mismo espíritu. . ." (1 Corintios 12:8,9).
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