Kenneth E. Hagin - Develando el Misterio de los Dones Espirituales - Lección 7
Lección 7
El Don de Fe (Parte 1)
Textos
Bíblicos:
Efesios 2:8; Romanos 12:3; Gálatas 5:22,23; 1 Corintios 12:9
Verdad
Central:
Aquellos que poseen el don de fe creen a Dios de tal manera que honra su palabra como la Suya propia, y Él milagrosamente
la hace suceder.
Habiendo
cubierto los tres dones de revelación - la palabra de sabiduría, la palabra de
conocimiento y el discernimiento de espíritus - en lecciones anteriores, iremos
ahora a los tres dones de poder.
Los dones de
poder; aquellos que hacen algo, son: el
don de fe, el hacer milagros, y los dones de sanidades. En esta lección
trataremos con el primero de estos: el don de fe, o la fe especial. (Leer Primera
de Corintos 12:4-12)
Permítanme
enfatizar que el don de fe, al igual que los otros dones del Espíritu, es
sobrenatural; no es natural. Algunos dicen que algunos de los
dones del Espíritu son naturales y otros sobrenaturales. Sin embargo, si uno es sobrenatural, entonces
todos son sobrenaturales. ¡Yo creo que
cada uno de los dones es una manifestación sobrenatural del Espíritu Santo!
(Ver Primera de Corintios 12:11)
El don de fe es el mayor de los tres dones
de poder. Es un don del Espíritu para el
creyente para que pueda recibir
milagros. El hacer milagros es un don
del Espíritu dado al creyente para que pueda hacer milagros. Un don recibe, y el otro don hace algo. Un don es pasivo;
recibe. El otro don es activo;
obra. Note que la Escritura dice, "A otro, el HACER milagros. .
." (1Cor. 12:10). Cuando uno obra un milagro, eso es "hacer" un milagro. Pero cuando
uno recibe un milagro, no lo
"hace" y ese es el don de fe en operación.
Y también
debemos recordar, que estos dones de
poder están asociados muy estrechamente, tal y como los dones de revelación están estrechamente
asociados, y los dones de expresión
(profecía, diversas clases de lenguas, e interpretación de lenguas) están estrechamente asociados. De hecho, la Biblia nos dice claramente
en Primera de Corintios que las lenguas con interpretación son equivalentes a
la profecía. Nosotros diferenciamos
entres estos dones y los registramos separadamente con el fin de poder
definirlos mejor.
Además,
también hallamos que la fe, como la oración, a menudo se confunde en las mentes
de algunos. Tenemos la tendencia de poner todas las clases de fe en un mismo
saco, mezclarlas, y sacudirlas todas juntas.
Pero debemos diferenciar entre ellas.
Así,
aprendemos que hay cuatro clases diferentes de fe:
- Fe para
salvación, la cual nos dirige a la salvación.
- Fe
general, la cual posee todo creyente.
- El
fruto de fe - o fidelidad - el fruto del espíritu humano recreado, que
viene después de la salvación.
- El don
de fe - o fe especial - una manifestación sobrenatural del Espíritu Santo,
la cual es impartida después del bautismo del Espíritu Santo como el Espíritu
quiere.
Y como
alguien dijo en cierta ocasión, a veces el mejor modo de averiguar lo que algo
es, es averiguar lo que algo no es.
Fe Para Salvación
EFESIOS
2:8
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la
fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.
La fe por
medio de la cual somos salvos es un don de Dios. Nos es impartida a través de la Palabra: “Así que la fe es por el oír, y el oír por la
palabra de Dios" (Romanos 10:17).
Sin embargo, la clase de fe con la que trataremos en esta lección -el
don de fe, o la fe especial es diferente
de la fe para salvación.
Fe General
ROMANOS
12:3
3 . . . la medida de fe que Dios repartió a
cada uno.
Hay un tipo
de fe - yo lo llamo fe general - que
todos los creyentes poseen. Esta fe
general puede aumentarse a medida que los cristianos se alimentan de la Palabra de Dios y la
ejercitan en la arena de la vida. Todos
podemos tener esta siempre creciente fe general. El don
de fe, sin embargo, es uno de los nueve dones del Espíritu Santo, dados así
como el Espíritu quiere.
Además, la
fe general es la fe por la cual ordinariamente recibimos respuestas a la
oración. Por ejemplo, recibimos el
bautismo del Espíritu Santo por fe; y recibimos respuestas a la oración por fe, ya que Jesús dijo, "Por tanto, os digo que todo lo que
pidiereis orando, CREED que lo RECIBIREIS, y os VENDRA" (Marcos
11:24).
Muchos de
nosotros recibimos respuestas a la oración de fe - fe general - incluso antes
de recibir el bautismo del Espíritu Santo.
Estas respuestas vinieron porque creímos a Dios por la fe, pero eso no es lo mismo que el don de fe en operación.
De hecho, si
el don de fe tuviera que estar en operación para poder recibir una respuesta a
la oración, para recibir sanidad para el cuerpo, o para tener una necesidad
material suplida, entonces nunca podríamos obtener respuestas a las oraciones
hasta después de haber recibido el
bautismo del Espíritu Santo, porque es entonces cuando esta clase de fe; el don
de fe especial, es recibido. Pero incluso entonces, es solamente así como el
Espíritu quiere.
Sin embargo,
sabemos que muchos de nosotros recibimos respuestas a la oración por la fe; la fe general, antes de haber recibido el bautismo del
Espíritu Santo. Muchos de nosotros, por
ejemplo, fuimos sanados basados en la fe en la Palabra de Dios antes de
recibir el bautismo del Espíritu Santo.
Ejercitamos la fe especial para recibir estas respuestas a la oración.
Y siguiendo
esta misma línea de razonamiento, si se requiriera el don de fe; la fe especial,
para recibir respuestas a la oración, entonces no todos; incluso aquellos
llenos del Espíritu, podrían estar seguros de recibir sus oraciones
contestadas. ¿Por qué? Porque no a todo creyente lleno del Espíritu le es
prometido este don de fe especial. Las
Escrituras dicen, "Porque a ESTE es dada. . . palabra de ciencia. . .; a OTRO FE por el
mismo Espíritu. . ." (1 Corintios 12:8,9)
Con respecto
a este don de fe, Pablo resume al final del capítulo, "¿.
. . hacen TODOS milagros?" (v.
29) No. "¿Tienen TODOS dones de sanidades?" (v.30). La respuesta es no. Entonces podríamos añadir, "¿tienen
TODOS este DON DE FE?" La respuesta
es nuevamente no.
Así que
podemos ver que el don de fe no es lo mismo que la fe general la cual todo
creyente tiene; ya que si tuviéramos que contar con el don de fe especial para
recibir respuesta a nuestras oraciones, entonces no todos podrían recibir respuestas
a la oración.
El Fruto de Fe
GALATAS
5: 22,23
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no
hay ley.
El fruto de
fe también es diferente del don de fe.
Leemos acerca del fruto del Espíritu (uno de los cuáles es la fe) en
Gálatas 5:22,23, citado anteriormente.
En el griego original, sin embargo, este fruto de fe no es llamado fe,
sino "fidelidad."
Mientras que
el fruto del espíritu es para el
desarrollo del carácter del creyente, los dones del Espíritu son para producir poder en la vida del creyente.
El fruto es
algo que crece. La fe - o fidelidad - es
un fruto que crece en la vida de un cristiano para establecerle en carácter
espiritual. Pero el don de fe especial
es un don dado por el Espíritu de
Dios, como el Espíritu quiere.
En cuanto al
don de fe, la traducción de Weymouth dice, ".
. . a un tercer hombre, por el mismo
Espíritu, fe especial (1 Corintios
12:9).
He oído a
gente decir, "Bueno, si Dios me da fe, la tendré, y si no, no la
tendré." Leen la escritura, ". . .
a otro (es dado) fe. . . “y
piensan que ese es el modo de obtener "fe." Sin embargo, la fe a la que se refiere esta
escritura es el don de fe, o fe especial.
El Don de Fe
1
CORINTIOS 12:9
9 A otro fe por el mismo Espíritu. . .
Así que
vemos que el don de fe no es impartido a todos, sino solamente como el Espíritu
de Dios quiere. También, es una
manifestación sobrenatural del Espíritu Santo el recibir un milagro. Por el don de fe uno no hace un milagro, sino
que pasivamente recibe un milagro.
El don de fe
se distingue de las otras clases de fe en que con esta fe especial hay una
manifestación de la evidencia de lo sobrenatural. Uno puede sobrenaturalmente, y en contra de
todas imposibilidades, creer en Dios por un milagro.
De los tres
dones de poder - el don de fe, el hacer milagros, y los dones de sanidades - el
de fe es el mayor.
Y también
hemos visto que el don de fe, o la fe especial, es separada y distinta de la fe
para salvación la cual le dirige a uno a la salvación, la fe general que todo
creyente tiene, y el fruto de fe, el cual desarrolla en uno el carácter
cristiano.
Veremos en
el próximo capítulo, que por el don de fe a uno le es dada la habilidad sobrenatural
para recibir un milagro de Dios; sea para protección sobrenatural, para
sustento sobrenatural, para echar fuera espíritus inmundos, para resucitar de
los muertos, o para conferir manifestaciones sobrenaturales tales como en la
imposición de manos para recibir el Espíritu Santo, o declaraciones de
bendiciones.
Texto Para Memorizar:
"Porque a éste
es dada por el Espíritu palabra de sabiduría. . .A otro, fe por el mismo
Espíritu. . ." (1 Corintios
12:8,9).
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