jueves, 12 de noviembre de 2020

Kenneth E. Hagin - Develando el Misterio de los Dones Espirituales - Lección 2

 
Lección  2
 
El Don de la Palabra de Conocimiento
 
Textos Bíblicos: Hechos 9:10-12; 10:9-20
 
Verdad Central: La palabra de conocimiento es la revelación sobrenatural por el Espíritu Santo                               de ciertos hechos que están en la mente de Dios
 
          Primero, notemos el hecho de que este don es llamado la "palabra de conocimiento" y no el "don de conocimiento."  "Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro palabra de conocimiento según el mismo Espíritu"  (1 Corintios 12:8). No hay tal cosa como un "don de conocimiento" espiritual.  La palabra de conocimiento es la revelación sobrenatural por el Espíritu Santo de ciertos hechos en la mente de Dios
 
          Dios es todo ciencia, o conocimiento - El todo lo sabe.  Pero El no revela al hombre todo lo que sabe.  El le da sólo una palabra, o una parte de lo que El sabe.  Una palabra es una parte fragmentaria de una frase, así que una palabra de ciencia, o conocimiento, es simplemente una parte fragmentaria de ciencia. Dios todo lo sabe.  El tiene todo el conocimiento.  Pero El no imparte todo el conocimiento a nosotros, ni nos imparte conocimiento;  El nos imparte una palabra de conocimiento - sólo aquella parte que El quiere que sepamos.
 
 
El Don es Sobrenatural  
 
          También esta palabra de conocimiento es un don sobrenatural, como lo son todos los dones del Espíritu.  Ninguno de ellos es un don natural.  Si uno de ellos es natural, luego todos son naturales. Si uno de ellos es sobrenatural, luego todos son sobrenaturales.
 
          Algunos  dicen que Primera de Corintios 12:8 se refiere al conocimiento natural.  Si eso fuera verdad, entonces los dones de sanidades no serían sanidad sobrenatural, sino simplemente sanidad a través de los avances de la ciencia médica. Ciertamente creemos en la ciencia médica y damos gracias a Dios por todo lo que puede hacer.  Pero esta Escritura está hablando sobre la sanidad sobrenatural.
 
          Si los dones del Espíritu fueran solamente dones naturales, entonces los diversos géneros de lenguas se referirían simplemente a aquellos lenguajes que la gente aprende naturalmente.  Entonces incluso la gente sin ser salva podría tener este don.  Pero sabemos que estos "diversos géneros de lenguas" son sobrenaturales, ya que somos capaces de hablar en lenguas que nunca hemos aprendido; son dadas por el Espíritu Santo.  También, sabemos que este don de sanidad no es sanidad natural; es decir, no es la habilidad del hombre a través de la ciencia médica para asistir a la naturaleza.  Es Sanidad sobrenatural - impartida por el Espíritu Santo.
 
          Yo creo que si dos de los nueve dones son sobrenaturales, entonces los nueve son sobrenaturales.  Por lo tanto, este don no es ciencia, o conocimiento, natural, sino conocimiento sobrenatural - una revelación sobrenatural del Espíritu de Dios.
 
          Confundiendo el don de la palabra de conocimiento con el conocimiento natural, alguien dijo, "No necesitamos algunos de estos dones menores.  Nosotros tenemos el don del conocimiento." El conocimiento del cual se están jactando es el conocimiento intelectual - conocimiento adquirido aparte del Espíritu Santo y aparte de la Palabra de Dios.  Sin embargo, el conocimiento del que Pablo se está refiriendo en Primera de Corintios 12:8 es un don sobrenatural del Espíritu Santo.
 
 
El Don Manifestado a Través de Visiones
 
          Vemos un ejemplo de la manifestación de la palabra de conocimiento a través de una visión cuando Juan estaba en la Isla de Patmos.  Juan escribió que estaba en el Espíritu en el Día del Señor, y que Jesús se le apareció en visión.  En dicha visión Jesús le reveló a Juan la condición de las siete iglesias en Asia Menor, como encontramos en el Libro del Apocalipsis.  Aunque hay un mensaje profético para nosotros hoy en día en esta revelación, estas siete iglesias existían en realidad en aquel tiempo en Asia Menor.  Juan, desterrado a la Isla de Patmos, no podía de ninguna manera haber sabido lo que estaba sucediendo en esas ciudades o iglesias; pero Jesús le reveló su condición espiritual.  Eso era una palabra de conocimiento.
 
          Otro ejemplo de este don en operación se encuentra en el capítulo noveno de los Hechos.
 
HECHOS 9:10-12
10 Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías.  Y él respondió: Heme aquí, Señor.
11 Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora.
12 y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
 
          Aquí nuevamente la palabra de conocimiento fue manifestada en una visión, pero esta vez le vino a un laico.  Ananías no era un apóstol, como lo era Juan.  El no era pastor o evangelista. Ananías ni siquiera fue enumerado como maestro.  La Biblia llama a Ananías discípulo.  El era simplemente un miembro de la iglesia de Damasco.  Si el Señor quiere, tanto laicos como ministros pueden tener una manifestación de la palabra de conocimiento.
 
          En esta visión el Señor le dijo a Ananías que fuera a cierta casa y orara por Saulo.  Al mismo tiempo El se le apareció a Saulo en una visión parecida, mostrándole que Ananías iba a venir a orar por él "para que recobrara la vista."
 
          Ananías no hubiera podido saber con su mente natural que en cierta casa, en cierta calle, un hombre llamado Saulo estaba orando en aquel mismo momento.  El no hubiera podido saber esto de otra forma que por revelación sobrenatural: una palabra de conocimiento.
 
HECHOS 10:9-20
9  . . .  Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta.
10 y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis;
11 y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra;
12 en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo.
13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.
14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás.
15 Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.
16 Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo.
17 Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión  que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta.
18 Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro.
19 Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.
20 Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.
 
          Aquí nuevamente la palabra de conocimiento fue manifestada a través de una visión.  A Pedro le sobrevino un éxtasis y vio una visión.  Mientras estaba pensando en lo que significaba, el Espíritu Santo le dijo, "Tres hombres te buscan,"  Pedro no sabía que los hombres estaban allí.  No tenía ningún modo de saber que estaban allí, excepto que el Espíritu Santo se lo dijo.  Eso fue una palabra de conocimiento - una revelación sobrenatural.
 
 
El Don Manifestado a Través de una Revelación Interior
 
          A veces la palabra de conocimiento viene por una revelación interior.  Cuando Jesús trató con la mujer en el pozo de Samaria, El usó la palabra de conocimiento  para convencerla, una pecadora, de su necesidad de un Salvador (Juan 4). Esta mujer le preguntó a Jesús quién era, y Él le respondió: ”Si conocieras quien soy y me pidieras, yo te daría agua con la que nunca más tendrías sed."
 
          "Dame esa agua, para que no tenga que venir aquí a sacarla," ella dijo pensando acerca del agua en el pozo.
 
          Jesús dijo, "El agua que yo te daré será en ti una fuente de agua que salte para vida eterna."
 
          La mujer quería esa agua.  Jesús le dijo que fuera a buscar a su marido.  Cuando ella le contestó que no tenía marido, El dijo, "Bien has dicho.  Has tenido cinco maridos, y el hombre con el que vives ahora no es tu marido."  Jesús supo esto por palabra de conocimiento - y usó este don para señalarle a ella a la salvación.  La palabra de conocimiento puede manifestarse en muchas diferentes maneras.  Puede venir a través de lenguas e interpretación, a través del don de profecía, o un ángel puede venir a traer una palabra de conocimiento.  Dios tiene muchas formas de hacer las cosas.  A menudo estos dones operan juntos -nosotros los separamos para poder definirlos.
 
          A veces este don de la palabra de conocimiento se confunde con un profundo conocimiento de la Biblia.  Un ministro me dijo que él tenía la palabra de conocimiento ¡porque había estudiado mucho la Biblia!  Aunque es verdad que Dios nos ayuda a entender la Palabra, y nosotros recibimos conocimiento, o ciencia, al estudiarla, esa clase de conocimiento no es un don sobrenatural. La palabra de conocimiento si que funciona en conexión con la Biblia; Dios si que revela cosas en conexión con Su Palabra las cuales no sabemos.  Pero si esto fuera todo a lo que se refiere, no tendríamos que estudiar.  Sin embargo Pablo le dijo al joven ministro Timoteo que estudiara.  En su carta a este joven pastor de una iglesia del Nuevo Testamento, Pablo dijo, "Estudia para presentarte a Dios aprobado. . ." (2 Timoteo 2:15).  Así que esta clase particular de conocimiento de la Palabra de Dios viene por el estudiar, pero por la palabra  de conocimiento viene por revelación sobrenatural impartida por Dios.
 
          Otra idea equivocada sobre el don de la palabra de conocimiento es que es aquel conocimiento muy real que viene por el andar con EL, ese conocimiento es diferente al conocimiento sobrenatural.
 
          Un ejemplo de la diferencia entre la palabra de conocimiento y el conocimiento natural es hallado en la historia del Antiguo Testamento de cómo Dios le habló al muchacho Samuel (1 Sam. 3:4-10).  Samuel estaba en el Templo ayudando al profeta Elí.  Una noche Samuel oyó una voz llamar su nombre. Pensando que era Elí llamándole, se levantó y fue a él.  Elí le dijo que él no le había llamado, así que Samuel se fue otra vez a la cama.  De nuevo oyó diciendo, "Samuel, Samuel. . ."  De nuevo corrió a Elí y de nuevo Elí lo envió de vuelta a la cama.  Cuando esto sucedió por tercera vez, Elí se dio cuenta de que Dios debía estar hablando al muchacho, y Elí le dijo a Samuel que respondiera la próxima vez que la voz llamara su nombre.
 
          Elí había estado andando con Dios, pero no había sido muy fiel a Dios en criar a sus hijos como debiera haberlo hecho.  El conocía las cosas de Dios, pero no había oído la voz de Dios aquella noche.
 
          Así que vemos que la palabra de conocimiento no viene por una larga experiencia con Dios.  Hay un conocimiento de Dios que es obtenido a través de una comunión cercana con EL y por experimentar Sus caminos, tal y como al andar con un amigo llegamos a conocernos mejor.  A medida que caminamos con Dios, nuestro conocimiento de EL crece.  Pero esto no es lo mismo que esta manifestación sobrenatural de la palabra de conocimiento.
 
          Esta manifestación del Espíritu de Dios no es solo para ayer;  es también para hoy en día.  Un hermano Bautista lleno del Espíritu que es presidente de su Sucursal Local de la Confraternidad de los Hombres de Negocios del Evangelio Completo, me contó en cierta ocasión una experiencia que tuvo.  El dijo, "Pasé por una gran iglesia católica Romana y algo pareció decirme que me parara.  Así que me cuadré en el estacionamiento de la iglesia, me paré, y me quedé sentado allí durante un rato orando.
 
          "Algo parecía decirme que el sacerdote estaría orando en su oficina y que debía ir adentro, imponerle las manos, y que sería lleno del Espíritu Santo.  Yo dudé.  No quería  parecer un tonto. Sentado en mi automóvil, oré durante un rato más.  Luego decidí que no me haría daño ir y ver si podía encontrar al sacerdote, y ver si Dios era el que me estaba guiando en verdad."
 
          Este ejecutivo de negocios entró al interior de la iglesia y llamó a la puerta del estudio del sacerdote.  Oyó una voz invitándole a entrar, y él abrió la puerta para ver a un sacerdote sentado en su escritorio con varios libros abiertos enfrente de él.  Al entrar, el sacerdote se levantó y le saludó, y se presentaron uno al otro.
 
          Cuando el sacerdote oyó que este hombre era el presidente de la Sucursal Local del Evangelio Completo, él dijo inmediatamente, "¡Gloria a Dios!"  Precisamente estaba leyendo acerca de lo que Dios está haciendo en estos tiempos en este movimiento del Espíritu.  Estaba leyendo sobre el bautismo del Espíritu Santo y el hablar en lenguas, y el Señor dio testimonio a mi espíritu de que esto es lo que yo necesito.  Me doy cuenta de mi necesidad espiritual.  Sólo hace diez minutos doblé la cabeza y dije, "Señor, no conozco a nadie en esta ciudad que haya tenido esta experiencia. Envía a alguien para que ore por mí.” ¡Y aquí está usted!
 
          El ejecutivo de negocios me dijo,  "Aquel sacerdote se arrodilló, y le impuse las manos, y él empezó a hablar en lenguas casi instantáneamente, levantando ambas manos al Cielo."
 
          Es sorprendente lo que está ocurriendo en estos tiempos. Dios está visitando corazones hambrientos en todo lugar.  El no va a prestar ninguna atención a ninguna de las viejas fronteras de denominaciones que nosotros hemos levantado y a las etiquetas que hemos llevado puestas.  Uno puede poner cualquier clase de etiqueta en una lata vacía, pero eso no pone nada dentro de la lata.  No es la etiqueta lo que cuenta; es lo que hay adentro.
 
          Esta era una manifestación de la palabra de conocimiento muy parecida a aquellas que ocurrieron en los Hechos de los Apóstoles - sucediendo porque el Espíritu Santo aún se está manifestando a sí mismo entre aquellos que creen.
 
          ¡Necesitamos manifestaciones sobrenaturales hoy en día tanto como los primeros cristianos las necesitaban!
 
Texto Para Memorizar:
"Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu" (1 Corintios 12:8).

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