sábado, 5 de diciembre de 2020

Kenneth Hagin - Manual de Fe - Clase 11

Lección 11 
La Confesión Restaura La Comunión Rota

 

Textos Bíblicos: Salmo 137:1-4; 1°Juan 1:3-10; Santiago 5:14-15; Hebreos 10:1-4

Verdad Central: La fe no tiene cántico cuando la comunión está rota.

 

En nuestros estudios sobre el tema de la Confesión hemos cubierto los primeros dos tipos: la confesión de los judíos, y la confesión del pecador de hoy en día. En esta lección trataremos sobre la confesión del creyente que está fuera de la comunión con Dios.

En el Salmo 137 vemos un ejemplo dramático de comunión rota. Como resultado del pecado, Israel había sido llevado a Babilonia.

El Salmo 137:1-4 dice: “Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos acordándonos de Sión. Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas. Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: cantadnos algunos de los cánticos de Sión. ¿Como cantaremos cántico de Jehová en tierra de extraños?”.

En este pasaje Israel lamenta su cautividad. El pueblo de Dios recordaba a Sión, pero ahora están tristes y sus arpas estaban colgadas sobre los sauces. Ellos no podían cantar "cántico de Jehová en tierra de extraños". La fe no tiene cántico cuando la comunión está rota. Nosotros perdemos nuestro testimonio en el mismo momento en que pecamos. El pecado siempre apaga la luz. La fe tiembla en la oscuridad de la comunión rota.

La Confesión Trae Perdón

1 Juan 1:3-10 dice: “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. Este es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos: Dios es la luz y no hay ningunas tinieblas en El. Si decimos que tenemos comunión con El, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como El está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado le hacemos a El mentiroso, y su Palabra no está en nosotros”.

Observa que la palabra "comunión" es mencionada cuatro veces en estos versículos. Estas palabras, las cuales son escritas para el creyente y no para el pecador, fueron dadas, primero, como una advertencia contra la comunión perdida, y segundo, para mostrar el camino para regresar a la comunión con el Señor.

El versículo 6 dice: "Si decimos que tenemos comunión con él y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad". En otras palabras, si estamos fuera de comunión y declaramos que andamos bien, no estamos diciendo la verdad. Pero Él dice que si nosotros confesamos los pecados, Él es "fiel y justo para perdonar pecados, y para limpiamos de toda maldad".

Un punto que debemos aclarar aquí es que si has pecado, lo sabrás. En el mismo instante en que hagas algo malo, algo dentro de ti te lo dirá. El Espíritu Santo, el cual habita dentro del creyente instantáneamente te hará saber que has cometido pecado. Si no damos en el blanco en alguna manera, es importante que no esperemos, que nos detengamos ahí mismo y pidamos al Señor Su perdón. Él nos perdonará, y continuaremos andando en comunión con Él.

El Perdón Restaura La Comunión

Cuando tú has confesado tus pecados, Él te perdona en ese mismo momento y tú estás ante Su presencia como si nunca hubieras pecado. No es necesario continuar confesando esos mismos pecados una y otra vez, porque esto acrecienta la debilidad, la duda y la conciencia de pecado dentro del espíritu.

Si lo confesaste una vez, Él lo perdonó y lo olvidó. Él no se acuerda de eso. "Yo, Yo soy el que borra tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordaré de tus pecados" (Isaías 43:25). Y en Jeremías 31:34 leemos: "...Porque perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su pecado".

Si Dios no se acuerda más de ese pecado que rompió tu comunión con Él, ¿por qué debes recordarlo tú? No es el Espíritu Santo el que te está condenando. Es Satanás tratando de abusar de ti. El Salmo 103:1-3 dice: "Bendice alma mía a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios: Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias".

Algunas veces hay personas que me piden que ore por ellas y dicen: "No sé si el Señor me va a oír o no, porque he pecado y fallado". Sin embargo, si ellos le han pedido perdón a Dios, Él no se acuerda de que ellos hayan hecho algo malo. Así que, ¿por qué deben ellos recordarlo? Sin necesidad, se han hablado a sí mismos saliéndose de la fe. El creyente debe estar dispuesto a perdonarse a sí mismo, tal y como Dios desea perdonarle. Muchísimas personas se han robado de fe a sí mismas porque no estaban dispuestas a perdonarse a sí mismas.

El Perdón En Sanidad

Santiago 5:14-15: “¿Hay alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados”.

Estos versículos son frecuentemente usados en conexión con la oración para sanidad y está bien. Pero no debemos pasar desapercibida la última parte: "...Y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados".

Muchas veces al ver que alguien se ha enfermado que nosotros sabemos está fuera de comunión con el Señor, pensamos: "Él ha hecho algo malo; ahora va a recibir los resultados de su mala actuación. Está enfermo por causa de su pecado". Algunas veces la comunión rota causará enfermedad. Pero la Palabra de Dios dice: "Y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados".

Yo he conocido a personas quienes han pensado que tenían que quedarse en el lecho de aflicción indefinidamente y que habían fallado y pecado. Sin embargo, esto no es necesario porque la escritura dice: "La oración de fe salvara al enfermo, y el Señor lo levantará, Y SI HUBIERE COMETIDO PECADOS, LE SERAN PERDONADOS". Hay Perdón en la sanidad.

Hebreos 10:1-4 dice: “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados”.

Esta es la historia del fracaso de la sangre de los toros cabríos para quitar los pecados. Su sangre solamente podía cubrirlos. El pecado lo dejaba en el corazón de los hombres. Y con el pecado había conciencia de pecado. Pero en nuestra redención en Cristo, Jesús nos ha redimido de la conciencia de pecado. “Si nosotros confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados, y para limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Tú no debes tener más conocimiento de tu pecado. Dios no lo tiene, ¿por qué deberías tenerlo tú? Así puedes ver con qué confianza y seguridad puedes acudir a él en oración, sabiendo con certeza que Él te escucha.

 

Texto Para Memorizar: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).

 

 

No hay comentarios: