La Duda, Ladrón De Las Más Grandes Bendiciones De Dios
Textos Bíblicos: Marcos 14:22-31; Mateo 17:14-20;
Marcos 4:35-40.
Verdad Central: La duda le robará al creyente lo
mejor de Dios para su vida.
En la lección de hoy vamos a concentrarnos en algunos
ejemplos de duda, los cuales encontramos en historias bíblicas conocidas.
Fe Para Caminar Sobre las Aguas
Mateo 14:22-31: “En
seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la
otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud,
subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya
la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era
contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando
sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron,
diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les
habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro,
y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo:
Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero
al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces,
diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y
le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”.
En esta historia Jesús envió a sus discípulos al otro lado
del mar mientras él iba solo a un monte a orar. A la cuarta vigilia de la noche
(entre cuatro y seis de la mañana siguiente) los discípulos vieron a Jesús
caminando hacia ellos sobre las aguas. Pensando que estaban viendo un fantasma,
gritaron con miedo. Entonces Jesús les dijo: "Yo soy, no temáis". El impetuoso Pedro gritó: "Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti
sobre las aguas". Jesús le contestó con una palabra: "ven".
Pedro comenzó con fe y mientras mantuvo sus ojos puestos en
Jesús, le fue bien. Pero cuando quitó sus ojos de Jesús y miró a las
circunstancias que le rodeaban; el viento batiendo el mar a su alrededor, le
dio miedo y empezó a hundirse. "¡Señor,
sálvame!", le dijo a Jesús.
Jesús tomó la mano de Pedro y lo llevó a salvo de regreso a
la barca, reprendiéndole con las palabras: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?".
La fe es actuar sobre la Palabra de Dios. Mientras Pedro
actuó sobre la Palabra que Jesús le había dicho, todo le fue bien. Pero cuando
empezó a dudar porque tuvo miedo, dejó de actuar en las palabras de Jesús,
comenzó a hundirse. Jesús no tenía la intención de que Pedro se hundiera. Él
tenía la intención de que Pedro caminara de regreso a la barca con Él. La duda
le robó a Pedro su bendición.
La duda y el temor van de mano a mano, pero la fe y el amor
también van de mano a mano. "...El
perfecto amor echa fuera el temor..." (1 Juan 4:18).
Fe Para Echar Fuera Demonios
Mateo 17:14-20: “Cuando
llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:
Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque
muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. Y lo he traído a tus
discípulos, pero no le han podido sanar. Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh
generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo os he de soportar? ¿Hasta cuándo
he de estar con vosotros? Traédmelo acá. Y reprendió Jesús al demonio, el cual
salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Viniendo entonces los
discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo
fuera? Jesús le dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si
tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí
allá, y se pasará, y nada os será imposible”.
En el pasaje anterior de la escritura, ¿cuál fue la
explicación de Jesús para el fracaso de los discípulos en sanar al muchacho
poseído por un demonio? Fue por su duda o incredulidad (ver.20). ¿Pero tenían
los discípulos en realidad el poder para echar fuera el demonio? Sí, de acuerdo
con Mateo 10:1: “Entonces llamando a sus
doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los
echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia".
Qué a menudo escuchamos a cristianos decir que necesitan más
poder para hacer más para Dios. Sin embargo, ese no es el problema. Si ellos
tienen el Espíritu Santo, tienen el poder. Ellos piensan que si tuvieran más
poder, obraría resultados automáticamente; pero obra por la fe. ¡El problema es
la falta de fe, no la falta de poder!
La duda es la que está robándoles lo mejor de Dios. Jesús no
les dijo a estos discípulos que no podían echar fuera al diablo porque no
tenían el poder. Dijo que era por su incredulidad.
¿Cuánta fe se necesita para echar fuera demonios? Jesús dijo
en el pasaje anterior que una fe no más grande que un grano de mostaza podía
mover una montaña entera. Todo creyente lleno del Espíritu tiene dentro de él
suficiente poder para reclamar lo mejor de Dios para su vida. Si él está
viviendo debajo de sus privilegios, no es por falta de poder, sino por falta de
dejar que este poder se suelte a través de la fe.
Fe Para Aplacar Una Tormenta
Marcos 4:35-40: “Aquel
día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la
multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras
barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la
barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre
un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que
perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece.
Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza”. Y les dijo: ¿Por qué estáis así
amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”.
Por la noche después de un día completo de predicar a
multitudes que lo apretaban, Jesús le dijo a sus discípulos reunidos a su
alrededor en una barca: "Pasemos al
otro lado". Como estaba tan cansado, fue a la popa de la barca donde
pronto se durmió. Estaba tan dormido que no se percató de la tormenta que se
levantaba. A pesar de que las olas golpeaban la pequeña embarcación, Jesús
continuó durmiendo en completa paz. Sin embargo, Sus discípulos no estaban en
paz. Mientras el rugiente viento aumentaba y la barca se llenaba de agua, los
discípulos despertaron a Jesús diciéndole: "¿No
tienes cuidado de que nuestra barca se hunde y moriremos?". Ellos
habían olvidado las palabras de Jesús cuando empezaron el viaje: "Pasemos al otro lado".
Jesús se levantó, reprendió al viento y aplacó la tormenta
hasta que el mar estuvo de nuevo en calma. Entonces se volvió a Sus discípulos
y los reprendió, "¿Por qué dudasteis de mí? ¿Por qué estáis llenos de
temor? ¿Dónde está vuestra fe? ¿No os dije al comienzo de este viaje que
cruzaríamos a la otra orilla? ¿Por qué no me creísteis?"
Los discípulos permitieron que la duda y el temor entraran a
sus corazones, llevándose la fe en la promesa de Jesús de que llegarían a salvo
al otro lado. Una vez más el ladrón llamado duda había triunfado.
Notemos las similitudes de estas tres ilustraciones bíblicas.
En cada una Jesús reprendió a los discípulos por su incredulidad. (Mateo 14:31;
Mateo 17:20; Marcos 4:40), y en cada ocasión Jesús resolvió el problema que los
discípulos, a través de su falta de fe, habían fallado en resolver.
En cada ocasión el ladrón de la duda privó a los discípulos
de recibir lo mejor que Dios tenía para ellos. Lo más alto y lo mejor de Él
para sus vidas era que ellos lo recibieran por la fe.
Si nosotros, al igual, utilizamos el poder que está en
nosotros y actuamos en la Palabra de Dios, obtendremos las más grandes
bendiciones que Dios ha planeado para nuestras vidas.
Texto Para Memorizar: "Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte:
Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será
hecho lo que dice, lo que diga le será hecho" (Marcos 11:23).
No hay comentarios:
Publicar un comentario