La Confesión Del Creyente De Sus Privilegios En Cristo
Textos Bíblicos: 2°Corintios 5:17; Efesios 1:7-8;
Hechos 17:28.
Verdad Central: Cuando sabemos lo que somos en
Cristo y pensamos de acuerdo con ello; cuando lo creemos y lo confesamos,
entonces no pueden haber fracasos para nosotros.
Brevemente tocamos las cinco partes de la confesión en
nuestra última lección, pero lo veremos con más detalle en nuestro estudio de
hoy para intentar aprender más acerca de lo que debemos confesar. Nuestra
confesión se centra alrededor de estas cinco cosas:
1) Lo que Dios en Cristo ha provisto para nosotros en su plan
de redención.
2) Lo que Dios, a través de la Palabra y del Espíritu Santo,
ha creado para nosotros en el nuevo nacimiento y la plenitud del Espíritu
Santo.
3) Lo que somos para Dios Padre en Cristo Jesús.
4) Lo que Jesús está haciendo ahora a la diestra del Padre,
donde El vive siempre intercediendo por nosotros.
5) Lo que Dios puede hacer a través nuestro, o lo que Su
Palabra puede hacer a través de nuestros labios.
Descubriendo Nuestros Privilegios En Cristo.
Como dijimos, la confesión es testificar de algo que nosotros
sabemos. Es imposible testificar de algo que no sabemos. Y es lo que sabemos
personalmente acerca del Señor Jesucristo y lo que somos en Él lo que cuenta.
Primero que nada, lo podemos conocer a Él personalmente. Es de primordial
importancia el ser nacido de nuevo. Pero solamente porque alguien ha nacido de
nuevo, no significa necesariamente que es un cristiano victorioso. También debe
saber quién es él en Cristo Jesús. Cuando sabemos lo que somos en Él y pensamos
de acuerdo con ello, lo creemos y lo confesamos, entonces no hay fracaso para
nosotros.
Para descubrir lo que somos en Cristo, debemos mirar a la
Palabra de Dios. Ve al Nuevo Testamento, especialmente las epístolas escritas a
la iglesia y subraya con lápiz rojo cada una de las escrituras que tengan la
expresión "en El", "En
Cristo”, y "En Quien".
Aún mejor, toma varias hojas de papel y escribe todas estas escrituras.
En el momento en que las encuentres, empieza a confesar que
esto es lo que eres y lo que tienes en Cristo. Si haces esto, yo te garantizo
que tu vida será diferente dentro de unos cuantos días.
Ya que ni tiempo, ni espacio nos permiten ver todas estas
escrituras aquí, veamos algunas de ellas.
2 Corintios 5:17: “De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas”.
Nota la expresión "en
Cristo". ¡Qué cosa más revolucionaria es para los creyentes creer y
confesar!
Somos nuevas criaturas en Cristo Jesús. No solamente somos
pecadores perdonados. No somos débiles, pobres, vacilantes, viviendo con las
justas, miembros de iglesia. Somos nuevas criaturas, creados por Dios en Cristo
Jesús. Somos nuevas criaturas con la vida de Dios, la naturaleza de Dios y la
habilidad de Dios en nosotros.
Siendo un nuevo convertido a la edad de 17 años, nunca tuve
los problemas que muchos tienen porque era pronto a decirles a todos, "soy una nueva criatura". Era pronto
a dar testimonio de la gracia salvadora de Jesús en mi vida, dondequiera que
iba. Encontré que mientras más hablaba de ello, más real se volvía para mí la
nueva creación, porque eso es lo que somos y quienes somos.
Yo era activo en salvar almas predicando en las cárceles, en
las calles y trabajando en la iglesia. Mientras estaba parado en la esquina de
una calle, un día, un chico que conocía se me acercó y me pidió que le hiciera
un favor. "No te pediría que
hicieras esto," me explicó, “pero
ya se me ha hecho tarde y le prometí a mi novia que le traería un amigo para su
prima, quien ha venido de otra ciudad a visitarla. ¿Vendrías conmigo y me
ayudarías a salir de esa dificultad? Te estaré agradecido para siempre, y te
prometo que no estaremos más de 30 o 40 minutos, y que no fumaremos, beberemos,
ni bailaremos mientras tu estés ahí". Vacilando un poco fui con él
para sacarle de ese aprieto.
Cuando llegamos a la casa de su novia, ella me presentó a su
prima. Acabábamos de sentarnos cuando pusieron un disco en el fonógrafo y
empezaron a bailar. Cuando la prima de la novia de mi amigo me pidió que
bailara, le dije, "no, gracias, yo
no bailo".
Ella me miró como si yo acabara de venir de Marte y me dijo: "¿No bailas? ¿Por qué?"
"Porque soy una nueva criatura", le contesté. "¿Qué quieres decir con que eres una
nueva criatura?" Entonces le cité 2 Corintios 5:17, "De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. Hubo un
tiempo cuando yo estaba interesado en cosas como el bailar, pero ahora mi vida
es diferente. He sido hecho una nueva criatura en Cristo, con nuevos intereses
y nuevos deseos". Mientras el disco continuaba tocando y la otra
pareja bailaba, yo seguí dándole a la chica mi testimonio de fe en Cristo. Las
palabras empezaron a golpear su corazón con convicción y empezó a llorar.
Cuando el disco terminó, el chico vio lo que estaba pasando. Él se dio la
vuelta hacia mí y me dijo, “vámonos",
y me llevó a mi casa.
No importaba donde estuviera; en las cárceles, en las calles,
en la escuela o en la iglesia, siempre estaba listo para dar mi testimonio a
toda persona con la que tuviera contacto, de que había nacido de nuevo y que
era una nueva criatura en Cristo Jesús. Y si confesamos esto, hará una gran
diferencia en nuestras vidas. Yo no era tentado por las cosas del mundo porque
constantemente confesaba que era una nueva criatura en Cristo Jesús.
Redención De La Maldición De La Ley.
En Efesios 1:7-8 dice: “En
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas
de su gracia. Que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e
inteligencia”.
Observa las palabras "en quien tenemos redención...". Qué agradecidos debemos estar
porque no estamos tratando de alcanzarla, ya la tenemos. No la tendremos algún
día, sino que ya la tenemos. El dominio de Satanás ha sido roto, él perdió su
dominio sobre nuestras vidas en el mismo momento en que nos volvimos nuevas
criaturas. Recibirnos un nuevo Señor. Jesucristo reina sobre nosotros. Satanás
era nuestro Señor, pero ahora Jesús es nuestro Señor (Romanos 10:9 dice, "Que si confesores con tu boca que Jesús es
el Señor..." o a Jesús como Señor). El dominio de Satanás terminó, el
dominio de Jesús empezó en el momento en que lo aceptamos como Señor y nacimos
de nuevo.
¿De qué y de quién somos redimidos? Cuando esta pregunta es
hecha, mucha gente dice: "Soy redimido
del pecado". Y esa es parte de la respuesta, pero ni siquiera está
cerca de ser toda la respuesta. Gálatas 3:13 dice, "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros
maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)".
Somos redimidos de la maldición de la Ley. Para averiguar qué es la maldición de
la ley, debemos regresar a los cinco primeros libros de la Biblia. Ahí vemos
que la maldición de la ley o el castigo por quebrantar la Ley de Dios es
tripartita: pobreza, enfermedad y la segunda muerte. Dios nos ha redimido de la
maldición de la pobreza, de la maldición de la enfermedad, y de la maldición de
la muerta; de la muerte espiritual ahora y de la muerte física cuando Jesús
venga otra vez. No debemos temer de la muerte segunda.
Hechos 17:28 dice: “Porque
en El vivimos, y nos movemos, y somos...”.
¡Qué almacén tan vasto de poder pasamos desapercibido muchas
veces! En Él, en Cristo nuestro Salvador y Señor, tenemos vida, energía, fuerza
para las tareas imposibles. No dice que podemos hacer estas cosas en nosotros
mismos, sino a través de Él, a través de Su poder, porque "en El vivimos, y nos movemos, y somos”.
Liberación Del Poder De Satanás.
Vamos a ver dos escrituras que, aunque no contienen las
palabras "en Él", “en quien"
o "en Cristo", llevan algo
del mismo mensaje de lo que tenemos en Él. "Quien (Dios) nos ha librado
de la potestad de las tinieblas, y tras al reino de su amado Hijo"
(Colosenses 1:13). Este versículo dice que somos libres de la autoridad de las
tinieblas, del poder de Satanás.
"Hijitos, vosotros
sois de Dios, y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros,
que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4). La contraparte de este
versículo en el Antiguo Testamento se encuentra en Isaías 41:10: "No temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia".
Luego en el Nuevo Testamento encontramos, "Qué, pues diremos a esto? Si Dios es por
nosotros, ¿quién contra nosotros?" (Romanos 8:31). Podemos tomar esto
como un mensaje personal para nosotros. Porque estamos bajo el nuevo pacto,
podemos decir, "Gracias a Dios. Él
está en nosotros". Esta es la mejor razón en la que puedo pensar para
no tener miedo.
Una mujer me dijo: "Pero
no es así en mi vida, yo sé que no lo es".
Yo le respondí: "Dios
dice que es así; tú dices que no. Por lo tanto, o tu o Dios está mintiendo al
respecto. Si tú fueras a pararte delante de tu madre y la llamaras mentirosa,
te sentirías muy mal, ¿no es así? Entonces, ¿cómo puedes esperar sentirte bien
cuando te paras delante de Dios y dices: ‘Tu Palabra no es verdad, no es cierta.
Tú eres un mentiroso'? Para remediar esta situación tienes que empezar a
confesar que es así, aunque pienses que no es así en tu vida. Entonces se
volverá una realidad".
Tenemos que poner nuestro pensar en línea con la Palabra de
Dios, entonces nuestro creer será correcto. Cuando nuestro creer sea correcto,
podremos empezar a confesar; decir, afirmar, dar testimonio, testificar, de la
Palabra de Dios. Entonces tendremos éxito. ¡Entonces la vida será diferente
para nosotros!
Texto Para Memorizar: "Porque en El vivimos, y nos
movemos, y somos..." (Hechos 17:18)
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