La Confesión Correcta E Incorrecta
Textos Bíblicos: 2 Timoteo 1:7; 1 Pedro 2:24; Mateo
8:17
Verdad Central: La confesión de nuestros labios
dará el dominio sobre nosotros a Dios o a Satanás.
La Biblia es la Palabra de Dios y contiene los pensamientos
de Dios. Y por supuesto, los pensamientos de Dios son diferentes de los
pensamientos de los hombres. "Porque
mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos,
dijo el Señor. Porque como son más altos los cielos que la tierra, así son mis
caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos" (Isaías 55:8-9). A medida que vamos estudiando la
Palabra de Dios y conociendo sus pensamientos, podemos atrevemos a pensar los
pensamientos de Dios poniendo nuestro pensar en línea con Su Palabra.
Estudiando acerca de la confesión hemos aprendido que si
nuestra confesión es incorrecta es porque nuestro creer es incorrecto. Si nuestro creer es incorrecto es porque
nuestro pensar es incorrecto. Y si nuestro pensar es incorrecto, es porque
nuestra mente no ha sido aún renovada con la Palabra de Dios.
Algunas veces las enseñanzas de la Palabra de Dios no le
parecen razonables al hombre natural, pero eso es porque su mente no ha sido
renovada por la Palabra. Marcos 11:22-24 dice: "...Tened fe en Dios (o la clase de fe que Dios tiene). Porque de cierto os digo que cualquiera que
dijere...y no dudare en su corazón sino creyere...lo que diga le será hecho.
Por tanto os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y
os vendrá". La versión amplificada de este versículo dice, "Por esta
razón os digo, cualquier cosa que pidiereis en oración, creed – confiad y
estar seguros – de que se os ha otorgado,
y lo obtendréis".
Las cosas más grandiosas que le sucederán a un cristiano
ocurrirán cuando se mueva en ese ámbito o reino espiritual. Su intelecto y los
sentidos físicos se le pondrán a cada paso del camino para evitar que entre en
ese ámbito, porque, si la mente natural no ha sido renovada por la Palabra de
Dios, lo querrá mantener en el terreno natural. Pero hay un terreno espiritual,
y este es realmente el terreno del cristiano.
La Confesión Correcta E Incorrecta
Mirando dentro del asunto del pensar incorrecto, el creer
incorrecto y la confesión incorrecta, hagamos la pregunta, ¿Qué es exactamente
la confesión incorrecta? La confesión incorrecta es una confesión de derrota y
fracaso, y de la supremacía de Satanás. El hablar de cómo el diablo le está
impidiendo triunfar, manteniéndole en cautiverio, o manteniéndole enfermo, es
una confesión de derrota. Y una confesión como esa, simplemente glorifica al
diablo.
Como hemos dicho en las lecciones anteriores, la confesión es
dar testimonio de una verdad que hemos abrazado, testificar de algo que
sabemos, y afirmar algo que creemos. Muchas veces nuestras confesiones, en vez
de dar testimonio de lo que la Palabra de Dios tiene que decir acerca de
determinado asunto, admiten nuestra derrota y glorifican al diablo en vez de a
Dios. Algunos de nosotros somos como la querida anciana que se puso en pie en
la iglesia para testificar: "El
diablo ha estado detrás de mí toda la semana, bendito sea su nombre".
Pero muchos de nuestros testimonios testifican más de la supremacía de Satanás
en nuestras vidas que del dominio de Cristo. Cuando testificamos de lo que Dios
ha hecho por nosotros, lo estamos glorificando; de la misma manera, cuando
hablamos de lo que el diablo está haciendo, de nuestras derrotas y fracasos,
estamos glorificando al diablo.
Mucha gente pierde la bendición que Dios tiene para ellos
solo por hacer la confesión incorrecta. Están derrotados y la vida es solamente
un continuo roce para ellos.
¡En realidad, una confesión que glorifica al diablo es una
declaración inconsciente de que Dios es un fracaso! Una confesión como ésa destruye nuestra fe y
nos mantiene en cautiverio. La confesión de la habilidad del diablo para
estancarnos y evitar que triunfemos le da dominio a él sobre nosotros. Por lo
tanto, con tu boca, vas a darle a Dios dominio sobre ti o a Satanás. La
confesión de tus labios que ha crecido de la fe en tu corazón va a derrotar
absolutamente al diablo en cada combate.
Cuando somos salvos, confesamos el Señorío de Jesús. El
comienza a tener dominio sobre nosotros y a gobernar nuestra vida. Pero cuando
confesamos la capacidad de Satanás para estancarnos y evitarnos triunfar,
entonces, aunque seamos cristianos, le estarnos dando a Satanás dominio sobre
nuestras vidas. Él es el dios de este mundo, y tomará lugar porque nosotros se
lo permitimos. Aunque puede ser un permiso hecho por ignorancia o un
consentimiento inconsciente, sin embargo, es un consentimiento. Y cuando
Satanás tiene dominio, estamos llenos de debilidad y temor.
Venciendo El Temor Y La
Duda
2 Timoteo 1:7 dice: “Porque
no nos ha dado Dios espíritu de cobardía (temor), sino de poder, de amor y de dominio propio”.
Aunque en lo natural podemos algunas veces sentir miedo,
nunca debemos confesar temor. El temor no es de Dios. La escritura anterior
dice que Dios no nos ha dado un espíritu de temor, "sino de poder, de amor, y de dominio propio". El temor no es
algo que viene de dentro de ti. Es algo que viene de afuera, tratando de
dominarte. Es del enemigo. No debemos confesar temor, debemos confesar poder,
amor y dominio propio.
Lo mismo es cierto sobre la duda. No confieses tus dudas.
Esto no quiere decir que no debes admitir duda si la tienes. Únicamente que no
digas nada acerca de ella. La duda es del diablo. La duda es un artículo de
contrabando. La duda es mala. El cristiano no tiene nada que ver con la duda,
porque no le pertenece a él. Mucha gente piensa que está siendo sincera cuando
confiesa que duda. Puedes haber sido tentado a dudar, pero puedes hacer que el
diablo huya, resistiéndolo.
Así que no confieses duda, confiesa fe. Empieza a hablar de
quien eres en Cristo. Tú eres un creyente. Eres una nueva criatura. Habla eso,
cree eso, piensa eso. Y si eres tentado; y ninguno de nosotros está exento de
ser tentado, "resistid al diablo y
huirá de vosotros" (Santiago 4:7). Niégate a dudar en el nombre del
Señor Jesucristo y la duda te dejará.
Confesando La Palabra De Dios
En vez de confesar tus dudas y temores, confiesa lo que la
Palabra de Dios dice. Dios dijo: "No
temas, porque yo estoy contigo..." (Isaías 41:10). Por lo tanto puedes
decir: "Yo no tengo miedo. Yo soy un
hijo de Dios y Él está conmigo. Él no me ha dado un espíritu de temor, sino de
poder, amor y dominio propio. No soy un desconfiado, soy un creyente".
Deja de hablar el lenguaje del diablo de duda y temor.
Empieza a hablar el lenguaje de Dios. Dios es un Dios de fe. Nosotros somos
hijos de fe de un Dios de fe.
En una de nuestras reuniones una mujer me dijo acerca de su
hermana, quien estaba en una institución mental: "Ella no está muy mal, pero sí necesita los cuidados de una institución
mental. Ella entiende lo que se le dice. En ocasiones puedo traerla a casa por
períodos de dos semanas. La traeré a casa ahora para que pueda asistir a estas
reuniones. Creo que le ayudarán".
Yo no oré por la mujer enferma durante esas dos semanas, pero
estuvo en cada reunión. Sólo por escuchar la Palabra, su mente se volvió clara
y nunca tuvo que volver a la institución mental. Los doctores le dieron por
alta, dándole una tarjeta limpia de salud. En el pasado ella había estado
confesando derrota, temor y duda hasta que se volvieron parte de ella. Pero a
medida que escuchó la Palabra de Dios predicada vio donde había fallado,
comenzó a confesar lo correcto y fue sanada.
Viendo la notable recuperación de esta mujer, otra señora en
la iglesia fue inspirada para traer a su vecina, quien había sido asignada al
hospital mental del estado pero todavía no se había ido. Ni esta mujer ni su
esposo eran cristianos, pero él consintió en dejarla asistir a nuestras
reuniones con su vecina. En una semana, la mujer fue salva, sana y llena del
Espíritu Santo, y nunca tuvo que ir al hospital mental.
La gente se puede enfermar mentalmente así como físicamente,
y Dios puede sanar enfermedades mentales tan fácilmente como puede sanar las
físicas. Tenemos que reconocer que Dios no nos ha dado un espíritu de temor.
Necesitamos aprender a estar firmes contra el enemigo.
Recuerda, la confesión de temor, le da al temor dominio sobre
ti. Tus temores se vuelven más fuertes y te metes más dentro del cautiverio del
enemigo. Pero si confiesas el cuidado que tu Padre tiene de ti, confiesas Su
protección, confiesas Su Palabra, y declaras con denuedo que lo que dice Dios
acerca de ti es cierto, confiesas que mayor es Él que está en ti que el que
está en el mundo, te levantarás por encima de la influencia satánica en toda
ocasión.
Cuando confiesas tus dudas y temores, tus debilidades y
enfermedades, estás confesando abiertamente que la Palabra de Dios no es verdad
y que Dios ha fracasado en hacer las cosas bien. Su Palabra declara que por sus
llagas fuiste sanado.
1 Pedro 2:24 dice: “Quien
llevó El mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que
nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya
herida fuisteis sanados”.
Mateo 8:17 dice: “Para
que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó
nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”.
Si en vez de confesar que "Jesús tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias",
declaramos que todavía las tenemos, permaneceremos enfermos. Pero cuando
empezamos a confesar que Él ha hecho algo con respecto a nuestras enfermedades,
entonces recibiremos sanidad. Muchísimas tomamos el testimonio de nuestros
sentidos físicos en vez de tomar el testimonio de la Palabra de Dios. Tenemos
que practicar la Palabra de Dios, para que pueda obrar a nuestro favor.
Texto Para Memorizar: "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía sino de poder, de amor,
y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7).
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