Fe Para Prosperidad
Textos Bíblicos: Gálatas 3:13-14,29; Deuteronomio
28:1-8,11-12.
Verdad Central: Como creyentes nacidos de nuevo,
somos redimidos de la maldición de la Ley y somos herederos de las bendiciones
de Abraham y de las promesas de prosperidad de Dios.
Durante muchos años no podía entender que la voluntad de Dios
es que Sus hijos prosperen. Yo pensaba como muchos hacen que la pobreza era una
característica de la humildad, y que para ser humilde uno debe ser pobre. Yo
pensaba que un hombre justo no podía ser rico y que un hombre rico no podía ser
justo. Pensaba que cualquier promesa en las escrituras sobre bendición
financiera se refería solamente a los judíos. Desde entonces he aprendido, a
través del estudio de la Palabra de Dios y su aplicación en mi propia vida, que
Dios quiere que Sus hijos sean “prosperados
en todas las cosas, y que tengan salud, así como prospera su alma" (3 Juan
2).
"Pero",
alguien puede decir, "la Biblia dice
que el dinero es la raíz de todos los males". Sin embargo, la Biblia
no dice eso. 1 Timoteo 6:10 dice: "Porque
raíz de todos los males ES EL AMOR AL DINERO, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores".
Una persona puede ser culpable de ese pecado y no tener ni
diez centavos. He oído a la gente decir: "Bueno, creo que debo ser otro Job". Alguna gente piensa que el
pobre Job se pasó la vida agobiado por la pobreza, enfermo y afligido. Sin
embargo, el libro entero de Job sucedió en un período de nueve meses, y el
último capítulo dice que Dios quitó la aflicción de Job, y que "el Señor aumentó al doble las cosas que
hablan sido de Job" (Job 42:10).
Cuando los ladrones entraron y robaron las cosas de Job, él
estaba bajo la aflicción de Satanás. Cuando el fuego cayó y quemó sus rebaños,
estaba bajo la aflicción de Satanás. Cuando vino la tormenta y azotó su casa y
ésta cayó sobre sus hijos y los mató; cuando Job fue herido con una sarna
maligna desde la planta del pie hasta la cabeza, cuando su esposa se volvió a
él y le dijo, "maldice a Dios y
muérete," Job estaba bajo la aflicción de Satanás. Pero Dios quitó la
aflicción de Job.
Si tú piensas que eres otro Job, eso quiere decir que serás
uno de los hombres más ricos de los alrededores. Tendrás el doble de lo que
tenías antes, y serás sano y vivirás hasta ser viejo. Job vivió ciento cuarenta
años después de los acontecimientos escritos en la Biblia. Si tú eres otro Job,
vas a prosperar.
Redimido De La Maldición De La Ley
Gálatas 3:13-14,29 dice: “Cristo
nos redimió de la maldición de la Ley, hecho por nosotros maldición (porque
está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero).Para que en Cristo
Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe
recibiésemos la promesa del Espíritu... Y si vosotros sois de Cristo,
ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa”.
Las escrituras recién mencionadas nos dicen que Cristo nos ha
redimido de la maldición de la Ley. ¿Qué, pues, es la maldición de la Ley? Para
encontrar esta respuesta volvamos a los primeros cinco libros del Antiguo
Testamento, referidos como el Pentateuco, o los libros de la Ley. Ahí
aprenderemos que la maldición o castigo por quebrantar la Ley de Dios, es
tripartita: la pobreza, la enfermedad, y la segunda muerte. Cristo nos ha
redimido de la maldición de la pobreza. Él nos ha redimido de la maldición de
la enfermedad. Él nos ha redimido de la maldición de la muerte de la muerte
espiritual ahora y de la muerte física cuando Jesús venga de nuevo. No debemos
tener miedo de la segunda muerte.
La Bendición De Abraham
Así como la maldición es tripartita, la bendición de Abraham
también lo es. Primero, fue una bendición material, financiera. Segundo, fue
una bendición física. Tercero, fue una bendición espiritual. La escritura del
Nuevo Testamento, 3 Juan 2, está de acuerdo en que Dios quiere que tengamos
prosperidad material, física y espiritual, porque dice: "Amado, deseo que seas prosperado en todas
las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma". Muchísima
gente tiene la impresión que todas las promesas de bendición material y de
prosperidad en la Biblia, se refieren únicamente a los judíos. Sin embargo,
este versículo fue escrito para cristianos neotestamentarios.
La palabra "judío"
es un término corto o un sobrenombre para "Judá". Los israelitas nunca fueron llamados judíos hasta
después de la división de las tribus. Judá no tenía más promesas de bendición
material y financiera que las que tenían las otras tribus de Israel. Ellos
recibieron y heredaron la bendición a través de su padre Jacob. Jacob heredó la
bendición a través de su padre Abraham. Así que no es la bendición o promesa de
los judíos. No es la bendición de Israel. Es la bendición de Abraham. Y esa
bendición es mía.
"Para que en
Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por
la fe recibiésemos la promesa del Espíritu..." (Gálatas 3:14). En este
tercer capítulo de Gálatas, también leemos en el versículo 7: "Sabed, por tanto, que los que son de fe,
éstos son hijos de Abraham". Al ser cristianos nacidos de nuevo:
"Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente
linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa" (Gálatas 3:29).
Después que estas escrituras se me hicieron claras y vi lo
que me pertenecía como Hijo de Dios, a través de la fe en Él, otras escrituras
empezaron a abrirse. Todo le pertenece a Dios y está a su disposición. "Porque mía es toda bestia del bosque, y los
millares de animales en los collados...porque mío es el mundo y su plenitud"
(Salmos 50:10-12). "De Jehová es la
tierra y su plenitud..." (Salmos 24:1). Dios creó todo, entonces hizo
al hombre, Adán, y le dio dominio sobre todo. Dios lo hizo todo para su hombre
Adán. Le dio a Adán dominio sobre los animales de los millares de collados,
sobre la plata y el oro, sobre el mundo y su plenitud. En otras palabras, Adán
era el dios de este mundo.
Pero Adán cometió alta traición y se lo entregó a Satanás.
Así Satanás llegó a ser el dios de este mundo. Jesús, sin embargo, vino a
redimirnos del poder de Satanás y de su dominio sobre nosotros. Romanos 5:17
dice: "Pues si por la transgresión
de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo,
Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia".
La versión amplificada de esta escritura se lee así: "Ellos reinarán como reyes en vida, por uno, Jesucristo".
Nosotros vamos a reinar como reyes en vida. Eso quiere decir que nosotros
tenemos dominio sobre nuestras vidas. Vamos a dominar, no ser dominados. Las
circunstancias no van a dominarte. Tú vas a dominar las circunstancias. La
pobreza no va a gobernar y reinar sobre ti. Tú vas a gobernar y reinar sobre la
pobreza. Las enfermedades no van a gobernar y reinar sobre ti. Tú debes
gobernar y reinar sobre las enfermedades. Vamos a reinar como reyes en vida por
Cristo Jesús, en quien tenemos nuestra redención.
Deuteronomio 28:1-8,11-12 dice: “Acontecerá que si oyeres, atentamente la voz de Jehová tu Dios, para
guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy,
también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán
sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová
tu Dios. Bendito serás tu en la ciudad, y bendito tu en el campo. Bendito el
fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de
tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de
amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. Jehová derrotará a
tus enemigos que se levantaron contra ti; por un camino saldrán contra ti y por
siete caminos huirán de delante de ti. Jehová te enviará su bendición sobre tus
graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la
tierra que Jehová tu Dios te da... Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en
el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra,
en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar. Te abrirá Jehová
su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia”.
La primera parte de Deuteronomio 28 enumera todas las maneras
en que el Señor bendeciría a su pueblo si ellos le obedecían. El prometió
bendecir a sus hijos, sus tierras y sus animales. El prometió bendecirlos y
protegerlos en las batalla. El prometió hacerlos “sobreabundar en bienes", y bendecirlos en "todo aquello sobre lo que pusieren su mano”.
Esta bendición lo incluía todo, pero también era condicional.
Ellos debían guardar todos los mandamientos de Dios. Debían ser gente santa,
que no lo dejaran a Él para irse detrás de otros dioses, sino que lo sirvieran
a Él con todo su corazón. El resto de este capítulo, versículos 15 a 68, da una
lista de las maldiciones que caerían sobre su pueblo si no guardaban sus
mandamientos.
Cuando me di cuenta por primera vez de esta verdad, y vi la
prosperidad, material y espiritual que Dios ha planeado para su pueblo, y que
todo creyente nacido de nuevo en Cristo es un heredero de esta promesa, casi no
podía contener mi gozo. Me conmoví al darme cuenta que estaba redimido de la
maldición de la Ley, de la maldición de la pobreza, y que la bendición de
Abraham era mía. Nosotros como cristianos no tenemos que padecer retrasos
financieros, no tenemos que estar cautivos de la pobreza o de la enfermedad
Dios ha provisto sanidad y prosperidad para sus hijos si ellos obedecen sus
mandamientos.
Cuando Jesús estuvo aquí en la tierra, Él dijo: "Si vosotros siendo malos sabéis dar buenas
dádivas a vuestros hijos, CUANTO MAS vuestro Padre que está en los cielos dará
buenas cosas a quienes le pidan" (Mateo 7:11). ¿Cuántos de nosotros
que somos padres queremos que nuestros hijos pasen por la vida hambrientos,
enfermos o afligidos, nunca teniendo suficiente? Ningún padre quiere eso. De
hecho, trabajamos y nos sacrificamos para tratar de que nuestros hijos alcancen
una mejor educación que la que nosotros tuvimos para que reciban mayor
remuneración.
Dios puso todos los animales aquí, todo el oro y la plata.
¿Es razonable el pensar que hizo todo esto solo para los que no creen en Dios?
Ciertamente Él ama al pecador, pero, ¿ama más al pecador que a sus propios
hijos? No. Dios puso todas estas cosas aquí para Su pueblo. Él le dijo a
Israel: "Si quisierais y oyereis,
comeréis el bien de la tierra" (Isaías 1:19). Y si Dios quiere que sus
hijos coman lo mejor, Él quiere que ellos usen la mejor ropa, Él quiere que
ellos conduzcan los mejores autos, y Él quiere que ellos tengan lo mejor de
todo.
Probado A Través De Experiencia Personal
Cuando esta verdad se volvió real en mi corazón, el Señor me
habló y me dijo: "No ores más por
dinero. Tú tienes autoridad a través de mi nombre para reclamar prosperidad. Yo
ya he puesto oro, plata, y ganado sobre millares de collados para mi hombre
Adán, y yo le di dominio sobre ellos. Después que él le entregó todo a Satanás,
el segundo Adán, Jesucristo, vino a redimirte de la mano del enemigo y a
liberarte de la maldición de la ley. Ahora en vez de orar que yo lo haga, ya
que yo he hecho provisiones para tus necesidades, todo lo que tienes que hacer
es decir, 'Satanás, quita tus manos de mi dinero'. Solamente reclama lo que
necesitas. Tú reinas en vida por Cristo Jesús”.
Durante este tiempo en mi vida yo era un evangelista. A la
siguiente iglesia donde fui dije: "Señor,
si consigo lo que necesito aquí, esto tendrá que funcionar. La última vez que
estuve aquí recibí solamente $60.00 por semana. Voy a reclamar $150.00 para
esta semana". Entonces dije, "Satanás,
quita tus manos de mi dinero, en el nombre del Señor Jesucristo". Ves,
nunca se cree por lo posible, se cree por lo imposible. Se suponía que yo iba a
estar en esta iglesia solo por una semana, pero resultó que estuve diez días.
Entonces reclamé $200.00 por esos diez días. El pastor no suplicó por dinero
para nada, simplemente pasó los platillos de la ofrenda, y cuando la ofrenda
fue contada yo recibí $240.00.
Después de eso cuando iba a iglesias a tener reuniones, el
dinero venía fácilmente y muchas veces el pastor decía con sorpresa: "Esta es la ofrenda más grande que esta
iglesia le ha dado a un evangelista". Y no había pedido ningún favor.
Yo tenía la llave que abre la puerta.
¡Gracias a Dios, no estamos bajo la maldición, porque Jesús
nos ha liberado! "En vez de
enfermedad, tengo salud; en vez de pobreza, riqueza; ya que Jesús ha pagado mi
rescate".
Texto Para Memorizar:
"Amados, deseo sobre todas las cosas
que seas prosperado y que tengas salud, así como prospera tu alma" (3 Juan
2).
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