Lección 7
La Fe
contra los Sentimientos
Textos Bíblicos: Juan 20:24-29; 2°Corintios 5:17.
Verdad Central: Una fórmula para la fe es: (1)
Encuentra una promesa en la Palabra de Dios para cualquier cosa que estés
buscando, (2) Cree la Palabra de Dios, (3) No consideres las circunstancias
contradictorias, y (4) Alaba al Señor por la respuesta.
El amado hombre de fe, Smith Wigglesworth, dijo en cierta
ocasión: "No puedo entender a Dios a
través de mis sentimientos. No puedo entender a Dios el Padre y a Jesucristo a
través de mis sentimientos. Solamente puedo entender a Dios el Padre y a
Jesucristo a través de lo que la Palabra de Dios dice acerca de ellos. Dios es
todo lo que la Palabra dice que es. Necesitamos conocerlo a través de la
Palabra". Muchísimas veces muchos tratan de conocer a Dios a través de
sentimientos personales. Cuando se sienten bien, piensan que Dios ha escuchado
sus oraciones. Si no se sienten particularmente bien, piensan que Él no les ha
escuchado. Su fe está basada en sus sentimientos cuando debería estar basada en
la Palabra de Dios.
Una Fe Cómo la de Tomás
En Juan 20:24-29 dice: “Pero
Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si
no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de
los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después,
estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando
las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo
a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi
costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le
dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás
creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron”.
Tomás era alguien que basaba su fe en sus sentimientos, en lo
que sus sentidos le decían. Él dijo que no creería a menos que pudiera ver con
sus propios ojos la señal de los clavos en las manos de Jesús, y tocarlas con
sus propias manos. El confiaba en lo que podía ver y tocar, no en lo que Dios
tenía que decirle. Tenemos muchos "cristianos
como Tomás" hoy día, aquellos que creen solamente lo que sienten, ven,
oyen o tocan. Pero la fe real en Dios está basada en la Palabra de Dios. La fe
verdadera en la Palabra dice: "Si
Dios dice que es verdad, lo es". Creer en Dios es creer en Su Palabra.
Si la Palabra de Dios dice que Él me oye, entonces yo sé que me oye porque Él
lo dice y Su Palabra no puede mentir.
Si tu fe está basada en sentimientos, entonces estás usando
una fe humana natural. No podemos obtener resultados con la fe humana natural.
Tenemos que usar la fe de las escrituras, la fe de la Biblia, creyendo en la
Palabra de Dios.
En cierta ocasión oré por una señora, quien había estado en
muchas filas de sanidad, y nunca había recibido su sanidad. Después de orar por
ella, me dijo inmediatamente: "Todavía
no la tengo, ore otra vez". Oré otra vez y cuando terminé, dijo lo
mismo. Después de orar por tercera vez al parecer sin resultados, le pregunté: "¿Cuándo vas a empezar a creer que
estás curada?"
"Bueno", me
dijo ella, "cuando esté sana".
"¿Para qué quieres creerlo entonces?
Me parece que entonces ya lo sabrás", le dije.
Cualquiera puede creer lo que puede sentir, oír o ver.
Nosotros vivimos y operamos en el reino físico la mayor parte del tiempo y
obviamente entonces tenemos que caminar por la vista. Pero cuando se trata de
las cosas de la Biblia, de las cosas espirituales, entonces no andamos por
vista; andamos por fe.
La Sanidad es Espiritual
La sanidad de Dios es una sanidad espiritual. Si la ciencia
médica sana, sana a través de lo físico. La Ciencia Cristiana sana a través de
la mente. Pero cuando Dios sana, sana a través del espíritu.
En 2 Corintios 5:17 dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
La sanidad espiritual, o sanidad divina, se recibe de Dios de
la misma manera que el nuevo nacimiento, el cual es un renacimiento del
espíritu. Cuando naces de nuevo, no es tu cuerpo el que nace de nuevo, porque
todavía tienes el mismo cuerpo que siempre has tenido. Cuando Pablo dijo:
"De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es...", él no se estaba refiriendo al cuerpo
del hombre hecho nuevo. El nuevo nacimiento no cambia lo físico de ninguna
manera. Por supuesto que después de ser
salvo, el hombre interior domina al hombre físico, pero es el hombre de
adentro, el hombre interior el que nace de nuevo.
El nuevo nacimiento es el renacimiento del espíritu humano.
Jesús dijo "Lo que es nacido de la
carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es" (Juan
3:6). Lo que ha sucedido en el interior de la persona, no puede verse
inmediatamente, ya que toma lugar en el espíritu humano. Pero a medida que la
persona camina en la luz de lo que tiene, con el transcurso del tiempo se
volverá evidente.
Hemos estado equivocados muchas veces cuando hemos visto a
personas venir al altar, orar, llorar, saltar y abrazar a todos a su alrededor,
actuando muy felices. Después no se les vuelve a ver más. Realmente pensamos
que habían recibido algo maravilloso de Dios. Pero era solamente algo
emocional, y no el nuevo nacimiento. Otras veces hemos visto a gente venir al
altar por salvación, que no han demostrado emoción alguna, y nos hemos
preguntado si habían recibido algo del Señor. Pensamos que no habían estado en
el altar el tiempo suficiente para recibir algo. Sin embargo, muchos de estos
se vuelven cristianos sobresalientes durante toda su vida. Este es otro ejemplo
de fe basada en los sentidos físicos.
Yo creo en los sentimientos, pero los pongo en último lugar.
La Palabra de Dios viene primero, la fe en la Palabra de Dios en segundo lugar,
y los sentimientos al último. Muchísimas personas lo hacen al revés y ponen los
sentimientos primero, la fe en sus sentimientos segundo, y la Palabra de Dios
al final. Esta gente nunca va a tener éxito en nada.
Al andar en el ámbito natural, tenemos que guiarnos por
nuestros sentidos físicos (Por ejemplo, si estamos cruzando la calle y nuestros
ojos nos dicen que vienen autos, tenemos que esperar hasta que los autos
pasen). Pero lo que mucha gente trata de hacer es creer en Dios con esa fe
física o natural, y si sus sentidos físicos les dicen que no es así, entonces
creen que no es así. Pero nuestros sentimientos físicos no tienen nada que ver
con la Biblia. La Palabra de Dios es la verdad, no importa lo que nuestros
sentimientos o las circunstancias nos digan. "Para siempre, oh Jehová, permanece tu Palabra en los cielos"
(Salmos 119:89).
Fórmula Para la Fe
Aquí hay una fórmula de fe que puedes hacer que obre
resultado para ti. Primero, ten la
Palabra de Dios para cualquier cosa que estés buscando; segundo, cree la Palabra de Dios; tercero, rehúsa considerar las circunstancias contrarias, o lo que
tus sentidos físicos te puedan decir acerca de eso; y cuarto, agradece a Dios por la respuesta. Sigue estos cuatro pasos,
y siempre obtendrás resultados. Estos son cuatro pasos seguros para liberación,
sanidad, oraciones respondidas o cualquier cosa que estés buscando del Señor.
Texto Para Memorizar: "Para siempre, Oh Jehová, permanece tu Palabra en los cielos"
(Salmos 119:89).
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