viernes, 26 de mayo de 2017

Traducción del libro de E W Kenyon "Estudios Avanzados de la Biblia" - Parte 40

En está última y poderosa clase veamos como es que somos más que vencedores por estar en Cristo


Capítulo 40
SOMOS MÁS QUE VENCEDORES

"En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó." Él ha recapitulado todas las cosas que pueden atacar al creyente, y ha hecho al creyente más que un vencedor. Pocos de nosotros hemos comprendido que nuestro combate es con el que ha sido derrotado eternamente. Qué poca gente sabe que Satanás fue derrotado eternamente cuando Jesús resucitó de los muertos, que Él no hubiera podido resucitar hasta que Satanás fuera derrotado, ¡y que Jesús sería la Cabeza de un cuerpo invencible! La conciencia de pecado ha sido el enemigo destacado del creyente, pero no hay fundamento para ella. Si uno sabe que el pecado y los pecados fueron puestos de lado cuando nació de nuevo, que no hay pasado que pueda volver a confrontarlo nuevamente, eso cambiaría su vida completamente (2 Corintios 5: 17-21).
Todo lo que él ha sido y todo lo que ha hecho ha sido quitado, sus pecados fueron remitidos. Su naturaleza que lo llevaba al pecado ha cambiado. Una nueva naturaleza ha tomado su lugar. La sangre lo ha limpiado. Él es ahora totalmente uno con Cristo. Él es completo en Él.
Colosenses 2: 9-10 dice: "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos (o llenos) en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.” Efesios 2:10 dice: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras." El Padre no puede crear nada en Su Hijo que no sea perfecto para Él. Hemos sido creados en Su Hijo. La verdadera obra de esa creación se describe en 2 Corintios 5:17: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo". Esta Nueva Creación es una nueva especie que se mantiene completa y perfecta en la presencia del Padre. Esta Nueva Creación es tan perfecta como la primera creación lo fue en el huerto. La diferencia es que esta Nueva Creación es un hijo, un heredero de Dios y un coheredero con Jesucristo.
Puedes ver lo que esto significa. Los coloca en el mismo nivel que Jesús, como vencedores. Romanos 8: 1 fue escrito para nosotros, este pueblo de la Nueva Creación: "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús". Usa también esta escritura, Romanos 8:31-33: “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros".
En estos tres versículos tenemos la seguridad de que el Padre está a nuestro lado, y que Él nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la piedad y a una vida de victoria en esta presente época malvada en la que estamos viviendo. Él desafía a cualquiera a poner cualquier cosa en nuestra contra. Somos elegidos por Dios. Dios nos ha recreado; Dios nos ha justificado. Dios nos ha hecho lo que somos. En el versículo 35 dice: "¿Quién nos separará del amor de Cristo?" No se puede. Eres más que un pecador perdonado. Eres un hijo recreado de Dios, un amo sobre los demonios. En la mente del Padre eres completamente uno con Jesús. Pero, no termina allí. Tu triunfo, tu victoria, te hace posible estar en la presencia del Padre como si fueras el mismo Jesús.
¿Sabes lo que implica eso? Si puedes estar en la presencia del Padre sin condenación, puedes estar en la presencia de Satanás o demonios en cualquier lugar sin miedo. Eres el amo de Satanás. 2 Corintios 5:21 dice: "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él." Hemos llegado a ser la justicia de Dios en Cristo, y al convertirnos en la justicia de Dios en Cristo, hemos llegado a ser amos sobre toda injusticia. Somos los dueños de las fuerzas que han hecho la injusticia. La justicia, aquí, significa la capacidad de permanecer en la presencia del Padre sin el sentimiento de culpabilidad o inferioridad, o condenación.
Eres superior a las fuerzas de la oscuridad. Tú eres un amo sobre todo lo que es malo.
No sé si están familiarizados con Juan 1:16 o no: "Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia".
¿Qué es esa plenitud? Es lo que Jesús es en sí mismo. Es lo que lo hizo lo que es.
Cuando recibiste la Vida Eterna recibiste lo mismo que hace a Jesús lo que es. Tú recibiste del Padre su misma naturaleza; así que si has recibido en tu espíritu lo que hace a Dios lo que Él es, eres como Él. Cuando la iglesia lo reconozca, va a revolucionar toda la estructura. Jesús y Pablo hablaron las palabras del Padre. Eso es lo que hizo a Jesús Omnipotente. La misma Omnipotencia está en la Revelación paulina para nosotros. Tú puedes decir: "Yo soy lo que Él dice que soy". Él dijo que tú eres Su hijo, y tú eres lo que Él dice que eres. (1 Juan 3:2). "En todas estas cosas somos más que vencedores" (Romanos 8:37), y somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. No hay poder terrenal o poder demoníaco que pueda separarnos del amor del Padre que estaba en Jesús. Tú eres Suyo, y Él es tuyo. Repasemos algunos hechos en los que puedes construir una conciencia estable de la victoria. Estas escrituras que vamos a utilizar son conocidas para ti. Colosenses 1:13-14 dice: "El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados".
Tú has sido librado del dominio de Satanás por el Nuevo Nacimiento. Has sido trasladado a la familia de Dios por el Nuevo Nacimiento. Cuando ocurrió eso, todo lo que pertenecía a la vieja vida dejó de ser. El dominio de Satanás terminó allí mismo. Todo lo que Satanás trajo al mundo por la transgresión de Adán ha sido anulado y traído bajo el poder dominador de la Nueva Creación en Cristo.
Hay una redención perfecta. Cuando tu corazón lo sabe tal como conoces el calor y el frío, el dominio de Satanás termina. Luego toma la siguiente escritura que te hemos dado: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es". ¿Notaste algo? Las cosas viejas han pasado. ¿Cuáles son las cosas viejas? El fracaso, la debilidad, el miedo, la sensación de indignidad. Han dejado de ser.
¿Qué eres? Eres una rama de Cristo. Eres una parte de Cristo como la rama es parte de la vid. Tú eres parte de Cristo, y Cristo es Dios. (Juan 15: 5). Las mismas maravillosas características que se manifestaron en el caminar de Jesús ahora pueden manifestarse en ti. Todo lo que se requiere es que tomes tu parte y hagas tu confesión tan osadamente como Jesús hizo la Suya. Desde nuestro ángulo, al mirar al Maestro, podemos ver que el secreto de su victoria estaba en su confesión continua. Él se aferró a su confesión.
Eso dice en 1 Timoteo 6:13, hablando de Jesús, "Y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato". Ahora tu batalla está dirigida en el versículo doce: "Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna."
La buena batalla de la fe es una batalla que se ha ganado hace mucho tiempo, en la que no haces más que reconocer la derrota de tu enemigo y tu propia victoria en Cristo. La lucha de la fe no es una lucha de tu parte. Es un reconocimiento y una confesión de tu parte de la victoria que tú y Cristo ganaron sobre el adversario en esa gran batalla sustitutiva que tuvo lugar antes de que Él resucitase de entre los muertos. Te identificaste en eso. Fuiste crucificado con Él. Fuiste sepultado con él. Fuiste levantado con Él. Venciste al enemigo. Ahora, con la fe plantada sólidamente sobre este fundamento, enfrentas a tu enemigo sin temor. Te atreves a decir: "Yo soy la justicia de Dios en Cristo".
Así como Jesús se atrevió a decir: "Yo soy la vid, y vosotros las ramas"; O "Yo soy la luz de este mundo"; tu di: "Yo soy lo que Él dice que soy". Más aún puedes decir: "Yo puedo hacer lo que él dice que puedo hacer." Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Ves, estamos saliendo del reino de la debilidad hacia el reino de la victoria; y puedes decir: "Yo soy más que un Vencedor, porque estoy completo en Aquel que es la cabeza de todos los principados". Luego recuerda 1 Juan 4:4: "Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo". Eso lo resuelve. Naciste de Dios, creado en Cristo Jesús. Ahora eres un amo. Te estás convirtiendo en consciente de Dios dentro de ti. Estás aprendiendo a dejar que Él tenga Su lugar en ti.
Tal como en el pasado hemos dado libertad a nuestros sentimientos y a veces hemos dicho cosas que eran impropias, ahora estamos dando lugar a Aquel que está derramando desde nosotros hacia el exterior la Naturaleza y Vida del Padre. Le estamos diciendo: "Espíritu Santo, hazte cargo de mi discurso, de mi pensamiento, gobierna todas las facultades relacionadas con la razón y enséñame a vivir como vivió el hombre Cristo Jesús". Mira, tú no puedes fallarle. Tienes el derecho legal a Su capacidad envuelta en ese maravilloso Nombre.
Juan 14:13-14 dice: "Y todo lo que pidiereis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo". Eso no es oración, es exigir que las fuerzas de las tinieblas sean quebrantadas sobre la vida de los hombres.
Estás actuando ahora en el lugar del Amo, has desenvainado la espada del espíritu, esta Palabra viva, y en tus labios esa Palabra viva se convierte en una fuerza dominante como si saliera de los labios del Amo. Ves, estás unidos con Él. Él es la vid y tú eres una rama. Creciste de Él. Fuiste creado En Él. No olvides tu perfecta unión con Él. Mi corazón se regocija con Romanos 6:5: "Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado". Este hombre nuevo ha tomado el lugar del viejo. Hay una unión vital, absoluta entre tu espíritu y el Espíritu de Cristo, es tan vital como la rama es vital en su unión con la vid. Tú llevas su nombre ahora, y Él te lleva.
Él te ha hecho lo que eres y tú reconoces lo que eres y das lugar a lo nuevo. De esa manera lo glorificas a Él. Si te menosprecias y hablas de tu falta, le robas de la gloria de Su obra terminada en ti y das lugar a la dominación del adversario. Nunca debes hacerlo. Debes acostumbrarte a ser lo que eres. Puede que sea difícil con todos los cristianos a tu alrededor magnificando la debilidad y el fracaso, pero debes magnificar tu unión con Cristo, tu completa unidad con Él. Tú puedes hacerlo. Él es tu misma fortaleza hoy, es tu habilidad, recuerda el Salmo 23:1: "Jehová es mi pastor (que es Jesús); nada me faltará." Ahora que la profecía se convirtió en realidad, susurro: “Nada me falta”. Él me mantiene viviendo en medio de la plenitud en lugar  del desierto. Estoy bebiendo profundamente del agua de la vida, la bebida que satisface. Estoy caminando en los verdes pastos de Su comunión. Estoy disfrutando del fruto de Su maravillosa vida de amor.
"Mira, en todas estas cosas, Él y yo somos completamente uno, estoy llegando a visualizarme como realmente soy en Él. Ha sido una lucha por alejarse de las antiguas imágenes que tuve antes en mi mente. Toda mi enseñanza temprana fue una lucha contra el pecado que yo nunca vencería hasta morir. Yo estaba en una batalla continuamente día a día. Y ahora entro en la victoria de la batalla que se gana En Cristo." Alguien dijo: "¿Qué harías si el pecado nunca se hubiera sido?" Entonces vi una foto. El Padre actúa hacia mí, hacia nosotros, como si nunca hubiéramos pecado. "Amados, ahora somos hijos de Dios". Y toma 1 Corintios 1:9: "Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor". Pongámoslo en primera persona: "Mi Padre es fiel conmigo, me ha llamado a caminar con su Hijo, a vivir con Él, a llevar a cabo la obra del Hijo en su ausencia, y me ha llamado a la comunión con Él."
Él es mi Señor. Y está esa extraña expresión: "Dios es fiel". ¿Fiel a quién? Bueno, Él es fiel a Su Hijo que hizo posible que fuese recreado, para convertirse en Su mismo hijo. Me es fiel como hijo. Él me ha llamado como una Nueva Creación para tener comunión con la Cabeza de este nuevo cuerpo llamado la Iglesia, y para tener comunión con Sus hijos. La comunión significa comer juntos, soportar la presión juntos, beber de la misma copa. Me ha llamado a beber con Jesús, a vivir con Jesús, a compartir con Jesús en la salvación de los hombres perdidos y en la edificación del Cuerpo a través de la Palabra. El Padre actúa como si el pecado nunca hubiese estado tan lejos de mí. Cuando me recreó, olvidó todo acerca de mi pasado. Bueno, es que la Nueva Creación no tiene pasado. Es una "creación ahora”. Esto es victoria. No hay teorías aquí que arrojen una sombra oscura sobre la vida pasada, sino que todas están borradas. Ahora estamos en el Amado.

Preguntas
1. Explica qué puede significar para el creyente ser un "vencedor".
2. Muestra la diferencia entre la primera creación de Dios y el nuevo hombre.
3. Explica completamente Juan 1:16.
4. ¿Con qué autoridad puede decir la Nueva Creación: "Yo soy lo que Él dice que soy?"
5. Da la escritura y discute cómo el creyente construye una conciencia estable de la victoria.
6. ¿Cuál fue el secreto de la victoria de Jesús?
7. Explique Romanos 6:5 en su totalidad.
8. ¿Cómo puede el hijo de Dios robarle la gloria de Su obra terminada?
9. ¿Cuál es la actitud del Padre hacia los recreados?

10. ¿Qué revela el término "En el Amado"?

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